martes, 2 de julio de 2019

EL Ejército de las Tinieblas (1992)


Título Original: Army of Darkness (Evil Dead 3)

Género: Aventuras, Comedia de Terror

Director: Sam Raimi

Intérpretes: Bruce Campbell, Embeth Davidtz, Marcus Gilbert, Ian  Abercrombie

Nacionalidad: Estadounidense.




Impresiones

Ver “El Ejército de las Tinieblas” es como comer con las manos, es  un divertimiento salvaje para divertirse sin prejuicios y pasar un rato jodidamente divertido. Es difícil que tal cúmulo de ideas delirantes den lugar a una película tan disfrutable, pero ése el resultado de que la imaginación (en este caso de Sam Raimi) está fluyendo en la dirección correcta.


¿Qué nos vamos a encontrar? Un medievo turulato, donde están particularmente zumbados los numerosos demonios, muertos y criaturas que lo pueblan. Y el mayor loco de todos: el héroe, Ash (Bruce Campbell). De este personaje Sam Raimi había hecho ya dos películas que funcionan a modo de precuelas: “Posesión Infernal” (1981) y “Terroríficamente Muertos” (1987). La primera de ellas era una película de terror de bajo presupuesto pero de salvajes ideas e insólitos recursos técnicos (ojo a sus movimientos de cámara), y la segunda una reescritura de la primera donde ya se daba rienda suelta a la comedia.



Para esta tercera parte, argumentalmente Sam Raimi hace una arriesgada pirueta y nos lleva nada más y nada menos que al siglo XIII. Un portal dimensional ha llevado a Ash hasta esta lejana época y, en principio, no será muy bien recibido y se verá envuelto en un conflicto entre dos ciudades. Tras una descomunal exhibición de Ash frente a una extraña criatura, un mago de la ciudad donde es capturado le ofrece devolverle a su tiempo si le lleva el Necronomicón, un libro impío y blasfemo que puede devolver a Ash a su época. Claro está, que todo va a salir al revés y Ash tendrán que enfrentarse a una extrañísima aventura donde todas la formas sobrenaturales parecen conjurar en su contra.



No es puramente una película de terror como podían ser las dos anteriores películas, aunque no se abandona totalmente, pero se añaden elementos de fantasía medieval. Eso sí, con una envoltura absolutamente macabra y humor negrísimo. A ello ayuda la insólita, paródica, pero genial (a su modo) actuación de Bruce Campbell que consigue ser la encarnación de un personaje de culto, cuya vida llega hasta casi nuestros días con una serie de televisión (“Ash vs. Evil Dead -2015-)
“Posesión Infernal” es perfecta para verla sin prejuicios y carcajearse mientras admiramos la grotesca inventiva de Sam Raimi. Cuidado si no la han visto, en algún momento dirán “no es posible esto que estoy viendo”. Postrémonos ante Ash.



Análisis
Dirección: La dirección de esta película bascula entre lo estrambótico y lo genial. No faltan los fulgurantes movimientos de cámara, el aprovechamiento de la estética de serie b (aquí más pretendida que real, ya había más presupuesto) y un sentido caso espasmódico de la diversión. Raimi crea un mundo alucinado y fascinante y nos lleva de la mano a un viaje de sonrisas perversas. Sospechamos que el bueno de Sam se lo pasó pipa dirigiendo “El Ejército de las Tinieblas”

Actuaciones: No sé si será una actuación muy canónica, si complacerá a las academias de actores o será considerada paródica. Personalmente Bruce Campbell, y su Ash, me parecen memorables, entrañables y sobre todos carismáticos. No es un desempeño soso, timorato o académico, sino el perfilado de un personaje perdurable. Cuando fanfarronea, cuando amenaza, cuando hace el bestia, Ash es único. Es muy difícil no quererlo. La sobreactuación está sobre la mesa, claro. Pero creo idiosincrásicamente se beneficia y todo. El resto del reparto, digamos que cumple.

Guion: Una mezcla descacharrante. Coge elementos de Lovecraft (EL “Necronomicón”), de fantasía medieval anfetamínica, de terror feísta y de humor pasado de madre. Y el sumatorio de todo es un pasote, oigan. A veces es un cajón de sastre monumental, pero dentro del “brainstorming” del disparate todo funcionan de una forma tan disparatada como divertida. Molan también ciertas referencias a la cultura popular como la de “Ultimátum a la Tierra” o las películas de Ray Harryhausen (véase zona spoiler si procede).

Factura técnica: Única, insólita, llamativa. La parte medieval es tan árida y desértica que casi parece sacada de un spaguetti western. Por su lado, el terreno más grotesco parece sacado de una pesadilla gótica mezclada con la portada de un disco de Meat Loaf; entre lo pulp y lo siniestro. Mención aparte merece la caracterización de los diversos demonios/fantasmas, de una asquerosidad física abrumadora, o la formación del “ejército” que da nombre a la película. Los velocísimos movimientos de cámara típicos de Sam Raimi, por cierto, campan a sus anchas. Como decíamos más arriba todo tiene un aspecto de serie b (o incluso z), pero es más matizable. En las dos anteriores entregas el presupuesto era bastante menor; aun así no se piensen que “El Ejército de las Tinieblas es una superproducción o algo así.

ZONA SPOILER

-Para que no nos perdamos la película empieza con un pequeño prólogo donde se nos recuerda el final de “Terroríficamente Muertos”. Solamente con eso, si no has visto nada previo de la saga, ya alucinas.

-Ojo al duelo de Ash con el demonio del foso. ¿Qué les parece cómo le tiran la sierra eléctrica a Ash, y cómo vuela para “adaptársela”?

-Memorable monólogo ante el pueblo medieval: “Bien, chiflados primitivos. Esto es mi escoba de fuego; una Remington de dos cañones del calibre doce. Lo mejor que puede ofrecer almacenes Smart. Compre elegante, compre Smart, etc”. De esos momentos gloriosos de descojones total.

-“Klaatu Barada Nikto” es un guiño a la película de ciencia ficción de los años 50 “Ultimátum a La Tierra” (1951), donde es una frase de suma importancia.

-Los esqueletos del Ejército de las Tiniebas son un homenaje total a los efectos especiales del gran Ray Harryhausen de la película “Jasón y los Argonautas” (1963), un clásico del cine fantástico.

-La parte del molino, que comienza con la del Ash contra sus “versiones enanas”, está entre la risión y algo de grima. Eso de apoyar la cara contra la plancha incandescente da un yuyu que no vean. O beber agua hirviendo.

-El remate es la parte del Ash bueno contra el Ash Malo. Uno se queda ojiplático ante semejante muestra de humor truculento, pasado de rosca y locoide.

-¿Conocen de algún héroe que se pelee con unos libros? Con unos libros, señores

Escena favorita

-¿Saben la indescriptible sensación de parodia y admiración que despierta Ash cuando tras liquidar impertérrito a un demonio dice aquello de “Hail the King, Baby”? No es para tomársela en serio supongo, pero Ash se convierte al instante en el héroe (antihéroe) más chulo que se pueda echar uno a la cara.

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