Título Original: Army of Darkness (Evil Dead 3)
Género: Aventuras, Comedia de Terror
Director: Sam Raimi
Intérpretes: Bruce Campbell, Embeth Davidtz, Marcus Gilbert,
Ian Abercrombie
Nacionalidad: Estadounidense.
Impresiones
Ver “El Ejército de las
Tinieblas” es como comer con las manos, es
un divertimiento salvaje para divertirse sin prejuicios y pasar un rato
jodidamente divertido. Es difícil que tal cúmulo de ideas delirantes den lugar
a una película tan disfrutable, pero ése el resultado de que la imaginación (en
este caso de Sam Raimi) está fluyendo en la dirección correcta.
¿Qué nos vamos a encontrar? Un
medievo turulato, donde están particularmente zumbados los numerosos demonios,
muertos y criaturas que lo pueblan. Y el mayor loco de todos: el héroe, Ash (Bruce Campbell). De este personaje Sam Raimi había hecho ya dos películas que
funcionan a modo de precuelas: “Posesión Infernal” (1981) y “Terroríficamente
Muertos” (1987). La primera de ellas era una película de terror de bajo
presupuesto pero de salvajes ideas e insólitos recursos técnicos (ojo a sus
movimientos de cámara), y la segunda una reescritura de la primera donde ya se
daba rienda suelta a la comedia.
Para esta tercera parte,
argumentalmente Sam Raimi hace una arriesgada pirueta y nos lleva nada más y
nada menos que al siglo XIII. Un portal dimensional ha llevado a Ash hasta esta
lejana época y, en principio, no será muy bien recibido y se verá envuelto en
un conflicto entre dos ciudades. Tras una descomunal exhibición de Ash frente a
una extraña criatura, un mago de la ciudad donde es capturado le ofrece
devolverle a su tiempo si le lleva el Necronomicón, un libro impío y blasfemo
que puede devolver a Ash a su época. Claro está, que todo va a salir al revés y
Ash tendrán que enfrentarse a una extrañísima aventura donde todas la formas
sobrenaturales parecen conjurar en su contra.
No es puramente una película de
terror como podían ser las dos anteriores películas, aunque no se abandona
totalmente, pero se añaden elementos de fantasía medieval. Eso sí, con una
envoltura absolutamente macabra y humor negrísimo. A ello ayuda la insólita,
paródica, pero genial (a su modo) actuación de Bruce Campbell que consigue ser
la encarnación de un personaje de culto, cuya vida llega hasta casi nuestros
días con una serie de televisión (“Ash vs. Evil Dead -2015-)
“Posesión Infernal” es perfecta
para verla sin prejuicios y carcajearse mientras admiramos la grotesca
inventiva de Sam Raimi. Cuidado si no la han visto, en algún momento dirán “no
es posible esto que estoy viendo”. Postrémonos ante Ash.
Análisis
Dirección: La dirección de esta película bascula entre lo
estrambótico y lo genial. No faltan los fulgurantes movimientos de cámara, el
aprovechamiento de la estética de serie b (aquí más pretendida que real, ya
había más presupuesto) y un sentido caso espasmódico de la diversión. Raimi
crea un mundo alucinado y fascinante y nos lleva de la mano a un viaje de
sonrisas perversas. Sospechamos que el bueno de Sam se lo pasó pipa dirigiendo
“El Ejército de las Tinieblas”
Actuaciones: No sé si será una actuación muy canónica, si
complacerá a las academias de actores o será considerada paródica.
Personalmente Bruce Campbell, y su Ash, me parecen memorables, entrañables y
sobre todos carismáticos. No es un desempeño soso, timorato o académico, sino
el perfilado de un personaje perdurable. Cuando fanfarronea, cuando amenaza,
cuando hace el bestia, Ash es único. Es muy difícil no quererlo. La
sobreactuación está sobre la mesa, claro. Pero creo idiosincrásicamente se
beneficia y todo. El resto del reparto, digamos que cumple.
Guion: Una mezcla descacharrante. Coge elementos de Lovecraft (EL
“Necronomicón”), de fantasía medieval anfetamínica, de terror feísta y de humor
pasado de madre. Y el sumatorio de todo es un pasote, oigan. A veces es un
cajón de sastre monumental, pero dentro del “brainstorming” del disparate todo
funcionan de una forma tan disparatada como divertida. Molan también ciertas
referencias a la cultura popular como la de “Ultimátum a la Tierra” o las
películas de Ray Harryhausen (véase zona spoiler si procede).
Factura técnica: Única, insólita, llamativa. La parte medieval es
tan árida y desértica que casi parece sacada de un spaguetti western. Por su
lado, el terreno más grotesco parece sacado de una pesadilla gótica mezclada
con la portada de un disco de Meat Loaf; entre lo pulp y lo siniestro. Mención
aparte merece la caracterización de los diversos demonios/fantasmas, de una
asquerosidad física abrumadora, o la formación del “ejército” que da nombre a
la película. Los velocísimos movimientos de cámara típicos de Sam Raimi, por
cierto, campan a sus anchas. Como decíamos más arriba todo tiene un aspecto de
serie b (o incluso z), pero es más matizable. En las dos anteriores entregas el
presupuesto era bastante menor; aun así no se piensen que “El Ejército de las
Tinieblas es una superproducción o algo así.
ZONA SPOILER
-Para que no nos perdamos la
película empieza con un pequeño prólogo donde se nos recuerda el final de
“Terroríficamente Muertos”. Solamente con eso, si no has visto nada previo de
la saga, ya alucinas.
-Ojo al duelo de Ash con el
demonio del foso. ¿Qué les parece cómo le tiran la sierra eléctrica a Ash, y
cómo vuela para “adaptársela”?
-Memorable monólogo ante el pueblo
medieval: “Bien, chiflados primitivos. Esto es mi escoba de fuego; una
Remington de dos cañones del calibre doce. Lo mejor que puede ofrecer almacenes
Smart. Compre elegante, compre Smart, etc”. De esos momentos gloriosos de
descojones total.
-“Klaatu Barada Nikto” es un
guiño a la película de ciencia ficción de los años 50 “Ultimátum a La Tierra”
(1951), donde es una frase de suma importancia.
-Los esqueletos del Ejército de
las Tiniebas son un homenaje total a los efectos especiales del gran Ray Harryhausen
de la película “Jasón y los Argonautas” (1963), un clásico del cine fantástico.
-La parte del molino, que
comienza con la del Ash contra sus “versiones enanas”, está entre la risión y
algo de grima. Eso de apoyar la cara contra la plancha incandescente da un yuyu
que no vean. O beber agua hirviendo.
-El remate es la parte del Ash
bueno contra el Ash Malo. Uno se queda ojiplático ante semejante muestra de
humor truculento, pasado de rosca y locoide.
-¿Conocen de algún héroe que se
pelee con unos libros? Con unos libros, señores
Escena favorita
-¿Saben la indescriptible
sensación de parodia y admiración que despierta Ash cuando tras liquidar
impertérrito a un demonio dice aquello de “Hail the King, Baby”? No es para
tomársela en serio supongo, pero Ash se convierte al instante en el héroe
(antihéroe) más chulo que se pueda echar uno a la cara.
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