martes, 16 de abril de 2019

Alien, El Octavo Pasajero (1979)


Título Original: Alien

Género: Terror, Ciencia Ficción

Director: Ridley Scott

Intérpretes: Sigourney Weaver, John Hurt, Ian Holm, Tom Skerrit

Nacionalidad: Estadounidense.



Impresiones

El cine de terror es un género que ha tenido aportaciones significativas y decisivas en el devenir de la historia del cine. Piensen, por ejemplo, en algunos de los cúlmenes del expresionismo alemán como “El Gabinete del Doctor Caligari” (1920) o “M, El Vampiro de Dusseldorf” (1931); los monstruos de la Universal con Drácula y Frankenstein a la cabeza; las modestas pero imaginativas películas de la factoría Val Lewton como “La Mujer Pantera” (1942); los siniestros efluvios góticos de la Hammer, etc, etc.

Sin embargo ha sido, el terror, un género sin reconocimiento de premios o distinciones. Solo cinco películas de terror han nominadas a mejor película en los Oscar a lo largo de la historia: “El Exorcista” (1973), “Tiburón” (1975), “El Silencio de los Corderos” (1991), “El Sexto Sentido” (1999), “Déjame Salir” (2017). Y a fe mía que no son pocas las películas de terror que han cambiado la historia del cine, como para tener tan exiguo reconocimiento. “Alien”, que ni siquiera estuvo nominada a mejor película, es una de esas películas.



“Alien” (por cuestiones prácticas omitiré lo de “El Octavo Pasajero”, que además es cosecha de los distribuidores españoles) amerita haber llevado al espacio la tipología de miedo que se daban en otras películas del género. Por ejemplo, el “slasher” o cierta imaginería gótica convenientemente trasladada a las coordenadas futuristas de los viajes interestelares.  Si bien la película tiene una idea sencilla, no por ello deja de ser una genialidad. Bien es cierto que había algunos ligeros “antecedentes” como “Terror en el Espacio” (1965) del interesante director italiano Mario Bava, o “Dark Star”(1974) dirigida por un joven John Carpenter (y cuyo coguionista era Dan O’Bannon, casualmente el mismo que el de “Alien”) . Sin embargo la idea formada, completa y plenamente desarrollada viene de la mano del film de Ridley Scott

La dirección artística es fundamental para inspirar en el espectador la sensación de acechanza , de inminente peligro. La nave Nostromo (uno de los guiños de Ridley a Joseph Conrad) adquiere la categoría de protagonista adicional convirtiéndose en una tupida red de laberintos y recovecos que esconden a una terrible criatura. Es, por lo tanto, el estilo, la imponente puesta en escena, la que añade vigor a la película.



La susodicha nave Nostromo va en misión de carga cuando recibe una señal proveniente de un planeta cercano y desconocido. Simultáneamente la tripulación se despierta de su hibernación y recibe instrucciones, del ordenador central de la nave, de aterrizar en el planeta desde donde viene la señal. Lo que allí encuentren, como ya sabrán, acabará desatando una terrible pesadilla.
Debían ser finales de los ochenta cuando vi “Alien” por primera vez, mediante un pase por televisión. 

Yo tendría unos ocho años, una edad fácilmente impresionable, pero aparte de que la censura de mis progenitores creo recordar que hizo efecto, la vi con cierto distanciamiento, como una sucesión de imágenes sin mucho interés. En la siguiente década ya sería otra cosa. Azuzada por el estreno de diversas secuelas, “Alien” se programaba con relativa frecuencia, y a cada visionado cada vez me fascinaba más la película, ganándose un estatus personal de película imprescindible.



Decía al principio que “Alien” cambió la historia del cine. No creo que sea exagerado, la cultura pop ganó un puñado personajes (particularmente la irrepetible Ripley) o, en el otro extremo, el temible xenomorfo. Todo ello sin contar con la generosa cantidad de secuelas que ha habido desde entonces. Algunas muy dignas como “Aliens: el Regreso” (1986) de James Cameron y otras entre el delirio y la casquería como “Aliens: El Regreso” (1997). Hasta hoy llegan las reminiscencias, habiéndose estrenado la última película de la saga hace un par de años, la irregular “Alien: Covenant”. Y aún nos queda otra para dentro de unos años.

Pero sobre todo el mayor legado de “Alien” es una forma de hacer las cosas, una fuente de estilo con distintivo propio. Cuando pasen miedo en una película espacial y sientan la sensación de estar atrapados entre una aprisionadora nave y la inmensidad del espacio, piensen en “Alien”. Una de las películas que cambiaron la historia.

Análisis

Dirección: La segunda película de Ridely Scott asegura la presencia del director británico entre la élite de directores del cine moderno, condición que sería confirmada por películas posteriores. Se dice que Ridley no estaba familiarizado con el tipo de terror que le pedían, y los productores le aconsejaron ver “La Matanza de Texas” (1974) de Tobe Hooper. Al quedar maravillado por ella decidió aplicar algo de lo visto para “Alien” (ya decíamos que tenía algo de slasher) con óptimos resultados. La tensión irrespirable, el inquietante pulso narrativo y el impacto de varias escenas, no hacen sino refrendar las enormes habilidades narrativas de Ridley Scott y su talento para recrean ambientes oscuros y ominosos (como haría en “Blader Runner”-1982- o “Black Rain” -1989-) La mano de Ridley Scott maneja a su antojo las emociones de los espectadores y los bambolea a golpe de escalofrío.

Actuaciones: “Alien” supone el alumbramiento de un personaje de entidad y carisma importantísimos, Ellen Ripley. No dejó de ser una pequeña revolución que el principal antagonista del monstruoso xenomorfo fuese una mujer. Se veía venir desde el casting, donde Ridley Scott se la imaginó haciendo cara al alien desde el principio. Es casi un personaje de Howard Hawks, lleno de determinación, valor y profesionalidad. Elementos comunes en muchos de sus papeles.
Los secundarios tienen buen nivel, dando lugar a un pequeño microcosmos dentro de la nave Nostromo. Ahí tenemos al codicioso y sarcástico mecánico Parker (Yapeth Kotto) y su secuaz Brett (Harry Dean Stanton), el inquietante oficial científico Ash (Ian Holm), el jefe Dallas (Tom Skerritt), la atribulada oficial de navegación Lambert (Veronica Catwright) y al sufrido copiloto Kane (John Hurt). Cada cual, sobre todo si ves desde el prisma de un fan de la serie, tiene su huequecito en la historia de la cultura pop.

Guion: Es el caso de un guion que fue progresivamente pasando por un largo proceso de depuración, pero cuya idea embrionaria se la debemos a Dan O’Bannon con la inestimable ayuda de Ronald Shusett (pareja que repetiría en “Desafío Total” -1990-). Incluso es productor Walter Hill añadió algunas ideas como, por ejemplo, el personaje de Ash. Hay cosas muy interesantes en el diseño de la historia. Para empezar la historia se “gotiquiza”, los corredores tortuosos, tétricos y amenazantes ya no eran privativos de las casas encantadas victorianas. Ahora, los alienígenas con malas purgas se podían pasear por ellos en el entorno de una nave espacial. Por otro lado, la película adquiere el tono de un slasher, género que se estaba desarrollando con fuerza en los setenta (ahí tienen “La Última Casa a la Izquierda -1972 o “La Matanza de Texas” -1974-) pero canalizado en “Alien” de una forma elegante, oscura y fantasiosa. Y sobre todo cumple con el cometido del guion de una buena película de terror, ofrecernos situaciones que nos quitan el aliento y nos hacen castañetear los dientes.

Factura Técnica: Uno de los puntos fuertes. Empezando por la parte del diseño; Hans Rudi Giger hizo un extraordinario trabajo pergeñando el aspecto del alien, y el prestigioso dibujante Jean Giraud “Moebius “diseñó los trajes espaciales. Todo ello por no mencionar los efectos especiales de Stan Winston. El acabado es de una sordidez, aterradora y exquisita, consiguiendo una imagen idiosincrática que ha sido continua fuente de inspiración desde 1979. La emulación del planeta donde se encuentra los huevos de alien es magnífica. La cámara de Ridley Scott se mueve contundente o suave según se requiera; para ejemplo de lo segundo revisar en la película el inicio con el despertar de la tripulación. La oscura banda sonora de Jerry Goldsmith es, también, digna de mención.

ZONA SPOILER

-También podríamos hablar de “Madre” el ordenador que gobierna la nave y que pérfidamente oculta a la tripulación el objeto real de la misión. Si tenemos en cuenta a Hal 9000 de “2001” llegamos a la conclusión de que los ordenadores son el peor enemigo del astronauta.

-Cuántos desastres se hubieran evitado si hubieran hecho caso a Ripley desde el inicio y no hubieran dejado subir al infectado Kane.

-Una parte de la película es una genuina lucha de poderes. Ripley se enfrenta a Ash por haber dejado entrar la criatura en la nave y a su vez censura a Dallas por apoyar a Ash. En general Ripley no solamente es un personaje arrojado, sino también el más riguroso y sensato de todos.

-Algunos críticos refieren el carácter sexual de “Alien”, como si la acción del xenomorfo de pegarse al huésped y de implantar su embrión en él, fuera una especie de violación. Un poco freudiano llegar a esa conclusión, ¿no?

-La tripulación es sacrificable, dice Madre. La corporación que envía a la Nostromo es bastante cruel. Cuidado para quién trabajas.

-“Nostromo” es el nombre de un libro de Joseph Conrad, escritor muy vinculado a Ridley Scott en sus comienzos. “Los Duelistas” (1977), una adaptación de otra novela de Conrad ambientada en las Guerras Napoleónicas, había  sido su debut dos años antes. Y recordemos que en 1979 Coppola estrenó Apocalypse Now, inspirada libremente en “El Corazón de las Tinieblas”, del escritor británico (que estuvo presente de diversos modos en el cine del momento)

-La ya célebre escena en la que el alien sale de las entrañas de Kane fue rodada sin que el resto de actores supieran qué iba a pasar. Ridley Scott quería que el terror del reparto fuera genuino y, mirando las caras de los actores durante la escena, a fe que lo consiguió.

-Una mención merece el último informe que graba Ripley tras haber mandado al bicho a las tinieblas exteriores, pasando lista a los componentes de la tripulación. Fin de la transmisión.

Escena Favorita

-Por cómo está compuesta, planificada y filmada, me quedo con la muerte de Brett. Está rodada de una forma paciente, de tensa calma, con un alarmante virtuosismo. El culmen será la terrorífica aparición del alien, ya grandecito. Y todo esto mientras Brett buscaba al gatito Jonzieeeeeee.

No hay comentarios:

Publicar un comentario