Título original: “Ghostbusters”
Género: Comedia, Fantástico, Terror.
Director: Ivan Reitman .
Intérpretes: Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis,
Sigourney Weaver.
Nacionalidad: Estadounidense.
Impresiones
Allá por Febrero de 1990, si mi
memoria no me es infiel, mis padres trajeron a casa un artefacto maravilloso,
un aparato esencial, una tecnología indiscutible. Un vídeo VHS. En aquellos
tiempos, queridos niños, los videoclubs eran negocios florecientes y las cintas
vírgenes de 180 minutos eran bienes objeto de compraventa habitual. No tarde
mucho en adueñarme del aparatejo, toda vez que el entusiasmo por la magnífica
compra me impulsaba a grabar hasta la carta de ajuste. Además, yo era un
pequeño locoide de nueve años que basándose en la información del Teleprograma
grababa películas o dibujos animados de forma frenética (si algún milennial lee
esto igual no se está enterando de mucho). Uno de los hitos fue grabar la
primera película emitida por Telecinco tras su puesta de largo: “En Busca de
Arca Perdida” (1981).
Sin embargo la primera de todas;
la primera película que grabé fue “Los Cazafantasmas” (1984). Y fue un amor a
primera vista; en seguida cogí la costumbre de verla irremediablemente todos
los sábados por la mañana. Al cabo de los años quizá sea la película que más
haya visto en mi vida.
Si hoy la traigo a colación, no
solamente es por la recurrente (y ya algo cansina quizá) nostalgia en plan
“yo-fui-a-egb-o-espinete-no-existe” sino porque, a mis ojos, sigo pasándolo
igual de bien cuando la veo. Es chispeante, ingeniosa, divertida, espectacular
y no desdeña la inteligencia (a diferencia de otros blockbusters, sobre todo
contemporáneos). Un buen detalle era la
naturaleza del trabajo de los protagonistas. No era la primera vez que alguien,
en una película, se dedicada a luchar contra entes paranormales. La novedad era
que anteriormente estos profesionales eran médiums revenidos, sacerdotes
cariacontecidos, y otros caracteres un tanto mustios de tanto convivir con
fantasmas.
En los “Cazafantasmas”, los
enemigos de lo sobrenatural son cuatro simpáticos parapsicólogos que se valen
de algo similar a la “ciencia” (un colisionador a positrones lo llaman) para
almacenar entidades de ultratumba. Por supuesto el planteamiento es fértil en
la mezcla de comedia, cine fantástico y terror. La puesta en marcha del
negocio, como muy bien dice el título, de cazar fantasmas será el punto de
partida de la película. Un caso un tanto peliagudo que afecta a su primera
cliente, Dana Barret (Sigourney Weaver), resultará tener un calado peligroso y
una magnitud “de proporciones bíblicas.”.
No era extraño en aquellos años
el estreno de algunas “comedias de terror”. Quizá Joe Dante o John Landis
tenían un empaque más pulp, pero el tono ligero de “Los Cazafantasmas” hace de ella
una película verdaderamente accesible. Sin caer, además, en ningún tipo de
banalidad o tontería. “Los Cazafantasmas” arrasó en las taquillas de todo el
mundo, siendo una de las comedias más taquilleras de la historia hasta ese
momento. Éxitos aparte en el patio de butacas, cantidades ingentes de
merchandising y memorabilia fueron lanzadas con notable éxito, aunque acaso la
mayor pruebas de su triunfo fue la creación de una entrañable serie de dibujos
animados inspirada en la película.
Ya puestos, me gusta que según
vamos avanzando por el metraje, el nivel de chifladura y efectismo aumenten
hasta niveles exorbitantes; siento cierta simpatía por el desmelene total en
ciertos géneros como (casualmente) la comedia y lo fantástico, donde lo
pintoresco y lo exagerado no solo no me molesta sino que me divierte
notablemente. Adviertan, en este caso, que de las tribulaciones causadas por
espíritus traviesos, pasamos a una anomalía parapsicológica apocalíptica y
arrolladora.
No veo a “Los Cazafantasmas” con indulgencia;
este análisis no es un vasallaje a la nostalgia o una reconquista de la
infancia. Es una película talentosa, y sabemos que el talento viene y va hasta
posarse donde le viene en gana.
Análisis
Dirección: No creo que Ivan Reitman haya pretendido nunca tomarse
demasiado en serio (aunque produjo a Cronenberg “Vinieron de Dentro” (1974) y
“Rabia” (1977, ojo) pero tiene buen tino para la artesanía y el oficio. En “Los
Cazafantasmas” consigue que, aunque la película se remate en un desmadre por
todo lo alto, el resultado final sea coherente y cohesionado. La historia está
contada con una fluidez admirable y en los mejores momentos consigue que junto
a las risas, se vivan momento de cierta inquietud casi cercanos al terror. Es
una comedia pero no es un parodia (salvo en un algún momento concreto). Podría
ser la mejor la mejor película de Ivan Reitman; desde luego más refinada que
“Los Incorregibles Albóndigas” (1979), p.ej. Hay otros títulos interesantes en
su filmografía como “Peligrosamente Juntos” (1986) o “Dave, Presidente por un
Día” (1993). Y ” Cazafantasmas II” (1989), claro.
Actuaciones: Hay buenos mimbres y más talento del que parece. Sin
duda el intérprete más conspicuo es Bill Murray; leyenda de la comedia y, desde
un tiempo a esta parte, profuso partícipe del cine indie. Bill interpreta al
doctor Peter Venkman, el más graciosete e hilarante de los parapsicólogos. Su
humor es la acostumbrada amalgama de payasería excéntrica pero sin excesos
gestuales (con el tiempo se haría más hierático, vean “Broken Flowers” de -Jim
Jarmush -2005). Dan Aykroyd es el doctor Ray Stanz, uno de los firmes creyentes
desde el principio en la tecnología de los Cazafantasmas. Configura uno de los
personajes más “normales”, mostrando de todos modos la faceta cómica que casi
siempre ha ejercido (salvo excepciones como “Paseando a Miss Daisy -1989-)
Uno de los personajes más
característicos de la película es el doctor Egon Spengler, interpretado por
Harold Ramis. El doctor Spengler posee una mente irreductiblemente científica;
su personalidad es seria y ensimismada, dificultando sus relaciones sociales.
Casi me parece un Sheldon Cooper avant la
lettre. Harold Ramis consigue que este personaje sea una de las
asociaciones más comunes a la hora de pensar en Los Cazafantasmas, de la mano
de un personaje hierático y friki.
Completa el cuarteto de exterminadores de lo
paranormal Winston Zeddemore (Ernie Hudson), llegado al equipo en último lugar
tras leer en el periódico una oferta de trabajo como “cazafantasma”. Ernie
Hudson hace un buen trabajo interpretando a un personaje que ocupa menos
metraje, pero es simpático y vivaz. Murray, Aykroyd y Ramis tenían renombre de
sobra como comediantes televisivos en EE.UU y en alguna experiencia
cinematográfica anterior. “Los Cazafantasmas” sería la vinculación definitiva
de todos ellos al celuloide (si bien ya estaban encaminadas). Otro tanto se
podría decir de Rick Moranis y su torpe personaje, Louis Tully.
Guion: No se puede negar que la idea de atrapar y almacenar a
fantasmas es ingeniosa. Es cierto que en algunos momentos la película es una
sucesión de sketches, pero bien articulados y conformando en realidad una
historia que no rehúye mezclar algunas influencias clásicas (Como Abbot y
Costello) con otro humor más moderno en plan “Saturday Night Live”. Las
referencias al cine fantástico están bien logradas y no son un churro descerebrado.
Está firmado por Dan Aykroyd y Harold Ramis.
Factura Técnica: Los efectos especiales son, adecuándose a la
naturaleza de la película, francamente espectaculares. Los rayos de los
colisionadores a positrones son magníficos y el barroco tercio final de la película
sigue pareciendo, a día de hoy, un portento visual. En más de treinta años la
parte plástica no ha sufrido ninguna obsolescencia. La parte sonora amerita una
buena banda sonora de Elmer Bernstein, prestigiosísimo compositor de películas
como “Los Siete Magníficos” (1960) o “La Gran Evasión” (1963), y una selección
de canciones bastante carismática. ¿Quién no recuerda el tema compuesto por Ray
Parker Jr? También hay otras canciones notables como “Magic” de Mike Smiley.
ZONA SPOILER
-Varias escenas han quedado
inevitablemente en la memoria y las retinas de mucha gente. Desde el torpe
asalto al fantasma de la biblioteca, a la caza del fantasma verde y
ectoplásmico “omnivagante de la clase cinco” (Moquete en la serie de dibujos)
en el hotel, o la batalla final contra Gozer en una azotea. Lo del muñeco
gigante es para quedarse sin palabras.
-Una de las localizaciones más
recordadas es la de la estación de bomberos que sirve de cuartel general y sede
a Los Cazafantasmas. Los exteriores se corresponden a una estación situada en
Nueva York (ciudad donde transcurre la película), creo recordar que en el
barrio de Tribeca. Sin embargo las escenas rodadas para interiores están
tomadas en otra estación de bomberos en Los Ángeles.
-El Ecto 1, junto al Delorean de “Regreso
al Futuro”, podría uno de los coches más alucinantes del cine de las últimas
décadas. Por algún motivo, pero lo es.
-El afán medioambiental de Walter
Peck casi provoca el fin del mundo. Ha quedado casi como el malo por
antonomasia, incluso por delante de una entidad sumeria como Gozer. No está
mal.
-Una gran parte de los diálogos
de la película están improvisados. En este aspecto destacaría la escena en la
que Rick Moranis da una fiesta en su piso y va desgranando la situación fiscal
de sus invitados según llegan. Todo lo dicho por él es una improvisación sobre
la marcha.
-En principio uno de los actores
iba a ser John Beluhsi, pero falleció con el proyecto aún muy en ciernes. El
fantasma “Moquete” sería un homenaje al difunto actor.
Escena Favorita
-Hay un momento de terror que
está bastante bien logrado. Sigourney Weaver está hablando tranquilamente en su
casa, hablando por teléfono con su madre, cuando vemos que por los bordes de
una puerta situada justamente detrás está saliendo un potente fulgor. Al
espectador le pilla de improviso, pero al menos lo ve; la pobre Sigoruney en un
primer momento no se da cuenta y eso aumenta nuestra desazón. Posteriormente es
capturada y poseída por Zuul. Un terror muy dignamente rodado.
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