Título Original: The Sting
Género: Comedia
Director: George Roy Hill
Intérpretes: Paul Newman, Robert Redford, Robert Shaw,
Charles Durning
Nacionalidad: estadounidense
Impresiones
Piensen en una película,
ingeniosa, divertida, encantadora, de guion preciso como un mecanismo de
relojería y con una dupla de actores como Robert Redford y Paul Newman.
Afortunadamente esta película no es una imaginación imposible, ni una quimera;
se hizo en 1973, y recibió 7 Óscar. A día de hoy, a nivel personal, me resulta
una de las películas más gratas de ver de mi videoteca desde hace muchos años.
De hecho, no sitúo desde cuando me dura este pertinaz hechizo, recuerdo haberla
grabado en VHS allá por principios de los 90 (cuando era niño) y haber ido
viéndola esporádicamente hasta tenerla en DVD; a partir de entonces se dispara
entre una de mis películas favoritas.
¿Qué hace especial a “El Golpe”?
Quizá, entre otros elementos, está el detalle de que el guion se base en una
historia de “ladrones buenos”, que en una época depauperada como La Gran
Depresión destapan a los grandes y genuinos malhechores. La parte rufianesca,
que participa del mundo de los ladrones, permite que haya buenas dosis de
ingenio y engaños que embelesen al público. No es una película heroica, ni
moralizante, pero distingue bien entre las distintas gamas de inmoralidad.
Ladrones de guante blanco contra un plutócrata con hechuras de mafioso.
Pero es que además los personajes
están soportados por dos enormes actores como Paul Newman y Robert Redford,
ambos en plenitud de gracia y de facultades. El unir a estos dos titanes no fue
un experimento arriesgado, todo lo contrario, la eficacia de este dúo estaba
probada por la magnífica “Dos Hombres y Un Destino” (1969). Finalmente, los
resultados fueron incluso mejores (o por lo menos igual de buenos). La química
entre Redford y Newman es portentosa, complementándose la faceta de joven y
talentoso aspirante a timador (Redford) y la del experimentado mentor (Newman).
No obstante, no solo hay en el
guion robos y timos. También hay momentos donde se resalta la importancia del
compañerismo, la lealtad y la amistad. Tampoco es desdeñable el reflejo que
hace, desde el inicio, de la época donde se desarrolla la acción: La Gran
Depresión. El paisanaje incluye gente empobrecida en busca de comida y
supervivencia. No obstante, para qué vamos a negarlo, el gancho de la película
es la gloriosa sucesión de hilarantes, ingeniosos e hipnóticos momentos, por
cortesía de un guion trufado de inteligentes ocurrencias y atractivos
personajes. Salvo un par de detalles en el argumento, es una película de buen
talante, alegre, tonificadora, todo un deleite para nuestro lado más lúdico. Es
escuchar el famoso ragtime que suena en la banda sonora y trasladarnos a una
dimensión de evasión y divertimento; como un impulso desenfadadamente alegre.
El argumento, como ya seguramente
conocerán, gira alrededor de dos estafadores, Henry Gondorff (Paul Newman) y
Johnny Hooker (Robert Redford), que tratan de vengar el asesinato de su amigo y
compañero de ocupación, Luther, a manos de Doyle Lonnegan (Robert Shaw), un
gánster de turbios negocios y con muchos millones de dólares.
Análisis
Dirección: George Roy Hill
se merece la gloria eterna solamente por haber dirigido “El Golpe” y “Dos
Hombres y un Destino”. Claro, que contar con la ayuda de Redford y Newman ayuda
bastante, pero no se trata solamente de eso. Tiene algo de ese estilo
“invisible” de los grandes clásicos de los años 30 y 40, sencillo en apariencia
pero que en realidad encierra una gran sapiencia cinematográfica. Roy Hill pasa
cómodamente del thriller a la comedia, dejando además fluir admirablemente el
estupendo guion. Aún volvería a trabajar con Newman, esta vez él solo, en “El
Castañazo” (1977), una insólita comedia negra con el hockey sobre hielo de
fondo.
Intérpretes: Una de las
dos patas principales sobre las que se sostiene “El Golpe”. Imaginen dos de los
actores más encantadores de todos los tiempos explotando precisamente su perfil
más encantador. La sabiduría y una elegancia divertida, pero jamás grotesca,
corren de cuenta de Paul Newman; Robert Redford pone la picaresca seductora y
algo traviesa. Juntos forman un combo insuperable. Puede que formen en “El
Golpe” una de las parejas más antológicas de la historia del cine. Cuestión de
compenetración perfecta, talento innato y un guion estupendo.
No podemos dejar a de citar el
magnífico trabajo que hace Robert Shaw como villano. Realmente da el tipo como
hampón circunspecto y amenazante que, aunque odioso, incluso protagoniza algún
momento entrañable. El recital de actuación que da es estupendo, y completa con
Newman y Redford un sensacional triángulo actoral. Hay, además, una especie de
sentimiento coral, sobre si tenemos en cuenta la “banda” que consigue reunir
Henry Gondorf.
Guion: Un auténtico
derroche de ingenio que contiene una serie de engaños que son como trucos de
prestidigitador, donde los engañados (aparte de los pardillos de la película)
también somos nosotros. Hay tres o cuatro momentos que son particularmente
sorprendentes. Pero el guion no solo se agota en sorpresas de pirueta de guion.
Tiene la virtud, por ejemplo, de reflejar estupendamente el empobrecimiento
causado por La Gran Depresión mostrándonos fidedignamente el aspecto de las
zonas más humildes de Illinois. Por supuesto también abundan los diálogos
brillantes, los personajes estupendamente dibujados y una buena dosis de
intriga aquí y allá. Hagan el favor de usar la suspensión de incredulidad y no
me salgan con lo verosímil; conviene no confundir el cine con “Informe
Semanal”. Por cierto, existe “El Golpe II”, película de 1983 que comparte
guionista, pero donde ya no están ni Newman ni Redford.
Factura Técnica: Parece
sencilla, pero es más de lo que aparenta. Hay que destacar la memorable
dirección artística, cuya reconstrucción de los años 30 es memorable. A todos
los niveles. Desde humildes bloques de apartamentos, elegantes casas de
apuestas, bares… George Roy Hill utiliza algunos encuadres que, casi sin quererlo
acaban siendo una muestra de identidad; nos referimos, entre otros, a los
planos que se ven a través de ventanas, a veces por vigilancia y a veces por
amenaza. La profundidad de campo es otro factor bien usado.
ZONA SPOILER
-Tal como decíamos, nada más
empezar la película, la pobreza se ve por las calles. De hecho, George Roy Hill
se recrea levemente en esto. Son pequeños pero interesantes detalles que ayudan
a situar la película en un marco preciso.
-Primera sorpresa: Johnny, Joe y
Luther timan a un correo de Lonnegan y le limpian 11.000 dólares de
recaudación. Ejecutan una especie de versión complicada del timo de la
estampita.
-El problema es que los tres
timadores no sabían dónde se estaban metiendo. Lonnegan como buen gánster
buscará venganza.
-Ver como Johnny Hooker pierde
3000 dólares nos da pistas sobre su carácter. Inteligente pero imprudente al
mismo tiempo. También notamos cierta bondad, en el hecho de que no monte un
pollo al crupier al ver que ha habido trampas.
-Una de las pocas partes
dramáticas de “El Golpe” es precisamente la muerte de Luther Coleman, que tras
el éxito del timo tenía pensado retirarse.
-La venganza es el leitmotiv de
gran parte de la película. Tras la venganza de Lonnegan, llegará venganza de
Johnny Hooker y una nutrida banda de timadores amigos de Luther. Para ello
contará con la ayuda del timador más reputado del país, Henry Gondorf.
-La partida de póker en el tren
es absolutamente inimitable. La actuación de Paul Newman como jugador borrachín
es hilarante, por no mencionar que quizá estemos ante la mejor partida de
cartas de la historia del cine (con permiso de “El Rey del Juego” -1965-).
Momentos estelares: la continua confusión de Paul Newman con el de nombre
“Lonnegan”, o la risa tonta de éste en el pasillo. Como colofón, la frase de
Lonnegan tras perder la partida: “¿De qué quieres que le acusara, de hacer
trampas mejor que yo?”.
-El personaje de Salino es otra
pequeña joya del despiste. ¿Quién iba a sospechar que se trataba de la Loretta,
la inocente camarera de la cafetería? Y que poco antes le había salvado la
vida.
-El agente Polk del FBI es otra
joya de señuelo. En un magistral pase de magia se nos hace pensar que este
sujeto va detrás de Gondorf, y que Johnny ha vendido a su amigo. P.D: qué
repelente es el teniente Snyder.
Escena favorita
-Señoras y señores, en pie. La
escena final es uno de los giros de guion más célebres y asombrosos de la
historia del cine. Durante un segundo contenemos la respiración ante lo que
parece un inesperado final trágico. Lo que sigue, sin embargo, es la
confirmación de un guion particularmente afinado, una charada maravillosa e
ingeniosa. Gondorf y Hooker no han muerto, el agente Polk es un timador
encubierto y Snyder y Lonnegan huyen despavoridos. El último con medio millón
menos. Maravilloso.
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