martes, 25 de febrero de 2020

El Golpe (1973)


Título Original: The Sting

Género: Comedia

Director: George Roy Hill             

Intérpretes: Paul Newman, Robert Redford, Robert Shaw, Charles Durning

Nacionalidad: estadounidense



Impresiones

Piensen en una película, ingeniosa, divertida, encantadora, de guion preciso como un mecanismo de relojería y con una dupla de actores como Robert Redford y Paul Newman. Afortunadamente esta película no es una imaginación imposible, ni una quimera; se hizo en 1973, y recibió 7 Óscar. A día de hoy, a nivel personal, me resulta una de las películas más gratas de ver de mi videoteca desde hace muchos años. De hecho, no sitúo desde cuando me dura este pertinaz hechizo, recuerdo haberla grabado en VHS allá por principios de los 90 (cuando era niño) y haber ido viéndola esporádicamente hasta tenerla en DVD; a partir de entonces se dispara entre una de mis películas favoritas.




¿Qué hace especial a “El Golpe”? Quizá, entre otros elementos, está el detalle de que el guion se base en una historia de “ladrones buenos”, que en una época depauperada como La Gran Depresión destapan a los grandes y genuinos malhechores. La parte rufianesca, que participa del mundo de los ladrones, permite que haya buenas dosis de ingenio y engaños que embelesen al público. No es una película heroica, ni moralizante, pero distingue bien entre las distintas gamas de inmoralidad. Ladrones de guante blanco contra un plutócrata con hechuras de mafioso.

Pero es que además los personajes están soportados por dos enormes actores como Paul Newman y Robert Redford, ambos en plenitud de gracia y de facultades. El unir a estos dos titanes no fue un experimento arriesgado, todo lo contrario, la eficacia de este dúo estaba probada por la magnífica “Dos Hombres y Un Destino” (1969). Finalmente, los resultados fueron incluso mejores (o por lo menos igual de buenos). La química entre Redford y Newman es portentosa, complementándose la faceta de joven y talentoso aspirante a timador (Redford) y la del experimentado mentor (Newman).



No obstante, no solo hay en el guion robos y timos. También hay momentos donde se resalta la importancia del compañerismo, la lealtad y la amistad. Tampoco es desdeñable el reflejo que hace, desde el inicio, de la época donde se desarrolla la acción: La Gran Depresión. El paisanaje incluye gente empobrecida en busca de comida y supervivencia. No obstante, para qué vamos a negarlo, el gancho de la película es la gloriosa sucesión de hilarantes, ingeniosos e hipnóticos momentos, por cortesía de un guion trufado de inteligentes ocurrencias y atractivos personajes. Salvo un par de detalles en el argumento, es una película de buen talante, alegre, tonificadora, todo un deleite para nuestro lado más lúdico. Es escuchar el famoso ragtime que suena en la banda sonora y trasladarnos a una dimensión de evasión y divertimento; como un impulso desenfadadamente alegre.

El argumento, como ya seguramente conocerán, gira alrededor de dos estafadores, Henry Gondorff (Paul Newman) y Johnny Hooker (Robert Redford), que tratan de vengar el asesinato de su amigo y compañero de ocupación, Luther, a manos de Doyle Lonnegan (Robert Shaw), un gánster de turbios negocios y con muchos millones de dólares.



Análisis

Dirección: George Roy Hill se merece la gloria eterna solamente por haber dirigido “El Golpe” y “Dos Hombres y un Destino”. Claro, que contar con la ayuda de Redford y Newman ayuda bastante, pero no se trata solamente de eso. Tiene algo de ese estilo “invisible” de los grandes clásicos de los años 30 y 40, sencillo en apariencia pero que en realidad encierra una gran sapiencia cinematográfica. Roy Hill pasa cómodamente del thriller a la comedia, dejando además fluir admirablemente el estupendo guion. Aún volvería a trabajar con Newman, esta vez él solo, en “El Castañazo” (1977), una insólita comedia negra con el hockey sobre hielo de fondo.

Intérpretes: Una de las dos patas principales sobre las que se sostiene “El Golpe”. Imaginen dos de los actores más encantadores de todos los tiempos explotando precisamente su perfil más encantador. La sabiduría y una elegancia divertida, pero jamás grotesca, corren de cuenta de Paul Newman; Robert Redford pone la picaresca seductora y algo traviesa. Juntos forman un combo insuperable. Puede que formen en “El Golpe” una de las parejas más antológicas de la historia del cine. Cuestión de compenetración perfecta, talento innato y un guion estupendo.
No podemos dejar a de citar el magnífico trabajo que hace Robert Shaw como villano. Realmente da el tipo como hampón circunspecto y amenazante que, aunque odioso, incluso protagoniza algún momento entrañable. El recital de actuación que da es estupendo, y completa con Newman y Redford un sensacional triángulo actoral. Hay, además, una especie de sentimiento coral, sobre si tenemos en cuenta la “banda” que consigue reunir Henry Gondorf.

Guion: Un auténtico derroche de ingenio que contiene una serie de engaños que son como trucos de prestidigitador, donde los engañados (aparte de los pardillos de la película) también somos nosotros. Hay tres o cuatro momentos que son particularmente sorprendentes. Pero el guion no solo se agota en sorpresas de pirueta de guion. Tiene la virtud, por ejemplo, de reflejar estupendamente el empobrecimiento causado por La Gran Depresión mostrándonos fidedignamente el aspecto de las zonas más humildes de Illinois. Por supuesto también abundan los diálogos brillantes, los personajes estupendamente dibujados y una buena dosis de intriga aquí y allá. Hagan el favor de usar la suspensión de incredulidad y no me salgan con lo verosímil; conviene no confundir el cine con “Informe Semanal”. Por cierto, existe “El Golpe II”, película de 1983 que comparte guionista, pero donde ya no están ni Newman ni Redford.

Factura Técnica: Parece sencilla, pero es más de lo que aparenta. Hay que destacar la memorable dirección artística, cuya reconstrucción de los años 30 es memorable. A todos los niveles. Desde humildes bloques de apartamentos, elegantes casas de apuestas, bares… George Roy Hill utiliza algunos encuadres que, casi sin quererlo acaban siendo una muestra de identidad; nos referimos, entre otros, a los planos que se ven a través de ventanas, a veces por vigilancia y a veces por amenaza. La profundidad de campo es otro factor bien usado.

ZONA SPOILER

-Tal como decíamos, nada más empezar la película, la pobreza se ve por las calles. De hecho, George Roy Hill se recrea levemente en esto. Son pequeños pero interesantes detalles que ayudan a situar la película en un marco preciso.

-Primera sorpresa: Johnny, Joe y Luther timan a un correo de Lonnegan y le limpian 11.000 dólares de recaudación. Ejecutan una especie de versión complicada del timo de la estampita.

-El problema es que los tres timadores no sabían dónde se estaban metiendo. Lonnegan como buen gánster buscará venganza.

-Ver como Johnny Hooker pierde 3000 dólares nos da pistas sobre su carácter. Inteligente pero imprudente al mismo tiempo. También notamos cierta bondad, en el hecho de que no monte un pollo al crupier al ver que ha habido trampas.

-Una de las pocas partes dramáticas de “El Golpe” es precisamente la muerte de Luther Coleman, que tras el éxito del timo tenía pensado retirarse.

-La venganza es el leitmotiv de gran parte de la película. Tras la venganza de Lonnegan, llegará venganza de Johnny Hooker y una nutrida banda de timadores amigos de Luther. Para ello contará con la ayuda del timador más reputado del país, Henry Gondorf.

-La partida de póker en el tren es absolutamente inimitable. La actuación de Paul Newman como jugador borrachín es hilarante, por no mencionar que quizá estemos ante la mejor partida de cartas de la historia del cine (con permiso de “El Rey del Juego” -1965-). Momentos estelares: la continua confusión de Paul Newman con el de nombre “Lonnegan”, o la risa tonta de éste en el pasillo. Como colofón, la frase de Lonnegan tras perder la partida: “¿De qué quieres que le acusara, de hacer trampas mejor que yo?”.

-El personaje de Salino es otra pequeña joya del despiste. ¿Quién iba a sospechar que se trataba de la Loretta, la inocente camarera de la cafetería? Y que poco antes le había salvado la vida.

-El agente Polk del FBI es otra joya de señuelo. En un magistral pase de magia se nos hace pensar que este sujeto va detrás de Gondorf, y que Johnny ha vendido a su amigo. P.D: qué repelente es el teniente Snyder.

Escena favorita

-Señoras y señores, en pie. La escena final es uno de los giros de guion más célebres y asombrosos de la historia del cine. Durante un segundo contenemos la respiración ante lo que parece un inesperado final trágico. Lo que sigue, sin embargo, es la confirmación de un guion particularmente afinado, una charada maravillosa e ingeniosa. Gondorf y Hooker no han muerto, el agente Polk es un timador encubierto y Snyder y Lonnegan huyen despavoridos. El último con medio millón menos. Maravilloso.




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