Género: Terror, Comedia
Director: Joe Dante
Intérpretes: Zach Galligan, Phoebe Cates, Hoyt Axton, Dick Miller
Impresiones
Es muy difícil ser objetivo, valorar una película cuando la llevas como equipaje cinematográfico desde hace una treintena de años. Diseccionar tu educación sentimental es difícil y someterla a escrutinio da cierto reparo; quién sabe si el paso del tiempo la habrá distorsionado o no ha envejecido como debiera. Personalmente tengo ejemplos de los dos casos, pero casi siempre suelo ser indulgente.
“Gremlins” creo ha envejecido
bien; como en general han envejecido las cintas ochenteras deAmblin,
comúnmente defenestradas por los eruditos de la cinefilia y sus adláteres. Personalmente
me topé con estos bichejos cuando contaba aproximadamente ocho o nueve años,
durante una emisión navideña. El VHS que recoge esa emisión es ancestral y el
causante de pocas sesiones y revisionados. Cualquiera que guste un poco cine
fantástico, o del cine de género y haya visto esta película en su niñez sabrá
de lo que hablo. La mezcla de gamberrismo, cine fantástico y algo de terror se
servía de una forma divertida, como si fuera un perfecto ejercicio de entretenimiento.
Los cocineros de este sabroso plato son varios. Por un lado tenemos al ínclito Joe Dante, director cuya carrera artística comenzó casi bajo la sombra de Roger Corman, y posterior autor de varios bombazos de los años 80 (añádase “El Chip Prodigioso” -1987-, p.ej). La vena del terror le venía desde los inicios; en su haber estaban películas como “Piraña” (1978) o “Aullidos” (1981), disfrutables, divertidas y con un poso de serie de b. La marca de fábrica de Joe Dante; incluso cuando tiene grandes presupuestos su cine tiene espíritu de serie b. No señalo ningún defecto, en primer lugar porque no lo es, se trata de una manera de entender el cine respetable, saludable y divertida.
A cargo del guion está un joven Chris Columbus, director de “Solo en Casa” (1990) o de las primeras películas de Harry Potter. Su imaginación estaba realmente efervescente en aquel momento, suyos son los guiones de “El Secreto de la Pirámide” (1985) y “Los Goonies” (1985). En un principio la historia iba a ser más agresiva, bordeando el gore, a veces e incluyendo decapitaciones, pero finalmente se optó por un terror más contenido. Así con todo, cuando se estrenó la película hubo que subir la calificación por edades; unos tiernos infantes salieron traumatizados de las sesiones iniciales. No tenía mala cabeza Chris Columbus por aquellos años.
También habría que mencionar, cómo no, a Steven Spielberg, productor como no podía ser de otra forma al tratarse de un producto de Amblin. La productora había empezado a trabajar dos años atrás de la mano de “Poltergeist” y “E.T”; durante los ochenta fue responsable de películas de un entretenimiento digno y cuidado que aún, hoy en día, sigue siendo fuente de inspiración (y si no miren a “Stranger Things”). Hay algo especial en esas películas, un intangible quizá basado en la imaginación más desprejuiciada. Eran películas palomiteras, pero las palomitas eran deluxe. Y “Gremlins” conserva buena parte de sus propiedades de entonces. La ilusión sigue siendo vivaz.
Supongo que ya conocen la historia de “Gremlins”. Una exótica y simpática criatura sirve para un regalo de navidad perfecto. Sin en embargo el cuidado de un mowai, que éstas son las criaturas, requiere de unos cuidados muy particulares que han de respetarse para no ocasionar unos peligros tan desconocidos como alarmantes.
Análisis
Dirección: Hay varios aspectos muy propios de Joe Dante. De un lado tenemos los guiños cinéfilos a modo de homenajes a películas antiguas. De esto hablaremos en la zona spoiler, pero Dante filtra sin rubor su aprecio por algunas de sus películas fetiche. Otro condimento indispensable es el humor negro, el sentido de la travesura, cierta tendencia a la incorrección política incluso. Los gremlins, aparte de sus peligrosas tropelías, se toman a choteo casi todo lo que hacen; no se limitan a destruir, lo hacen con una siniestra mueca de sonrisa en la cara. También se nota la adoración de Joe Dante por el terror de serie b, sobre todo por la forma de afrontar la historia. El ritmo de la historia es fluido y el dominio del director es absoluto.
Intérpretes: Carreras discretas que se cimentan sobre el recuerdo de esta película. Algo mayor es el renombre de Phoebe Cates, que participó en la juvenil y hormonada “Aquel Excitante Curso” (1982), que tuvo cierto (y único) público entre la adolescencia. Incluso en “Stranger Things” (cómo no) aparece algún guiño a la actriz. En cualquier caso ambos están correctos; la exigencia de sus papeles no es precisamente titánica. Galligan interpreta a un joven sano, normal, bondadoso; Cates es una mezcla de chica, también buena, y de “scream queen”. Todo correcto, todo en su sitio, nada anormal. Me parece, eso sí, imprescindible hacer una mención al entrañable Dick Miller, habitual de las películas de terror de Roger Corman y también de las de Joe Dante. Su actuación, si bien es muy secundaria, me parece la mejor de la película; su papel sirve para dar cierto contexto social e incluso conceptual a la película.
Guion: Con el leve antecedente de un cuento de Roal Dahl, la historia de Chris Columbus es bastante ingeniosa. Tiene el mérito bastante notable de haber trascendido en la historia de la cultura popular; ya saben, por ejemplo, lo de las tres reglas para evitar que un mowai se dañe o sea peligroso; no mojarlos, evitar que les da una luz intensa y no darles de comer después de medianoche. Están muy bien combinados los distintos tonos que se pretenden mezclar: la comedia juvenil, terror, cine fantástico, algo de cuento navideño… Presenta un equilibrio entre lo grotesco y lo ligero; entre lo amenazante y lo encantador. Este contrapeso es, quizá, uno de los secretos del éxito de “Gremlins”.
Factura Técnica: Puede, como decía antes, que tenga espíritu de serie b, pero la película tuvo algunos aspectos intrincados. Las marionetas usadas para dar vida a los Gremlins eran tan valiosas que todos los trabajadores de la película tenían que revisar sus coches después de cada jornada para evitar posibles robos. El diseño de las criaturas es eficiente y carismático y permanecen con pujanza en el imaginario popular. Gizmo es adorable, suave, encantador; sus hermanos malos, ya transformados en gremlins, son pequeñas criaturas repelentes. No es una película que abuse demasiado de los efectos especiales, pero si hay algunas secuencias destacables. Las imágenes son muy “ochenteras” pero
Dante se deja traslucir tras de ellas.
ZONA SPOILER
-La verdad es que el bichejo es adorable. Todo empieza como un cuento navideño en donde pronto se ven algunos personajes arquetípicos: la desagradable vecina de Billy es como una especie de Scrooge femenina, hay personadas de una pobreza casi dickensiana…
-Los hermanitos de Gizmo dan ya grima incluso antes de su transformación. Hay algo desagradable detrás de ese aspecto de peluches hiperactivos.
-Steven Spielberg tiene un pequeño cameo en la película. En la escena en la que el padre llama a Billy desde la convención de inventores, es el que va conduciendo un extraño cochecito.
-Los escenarios de la película, por cierto, son los mismos que se usarían para el Hill Valley de Regreso al Futuro.
-La escena en la que Phoebe Cates cuenta la triste la historia de su padre es de un melodramatismo excesivo y chirriante. El propio Joe Dante debió de darse cuenta, en “Gremlins 2” hay una parodia de ese momento.
-Los gremlins protagonizan algunas escenas colectivas realmente gloriosas. La del bar y la del cine son tronchantes.
-Hay muchos guiños cinéfilos. Billy en un momento dado está viendo en la tele “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”, que de hecho casi sirve de advertencia de lo que va a pasar. La madre de Billy por su parte, en otro momento, está viendo “¡Qué Bello es Vivir!, adecuadísima para las fechas navideñas donde se desarrolla la acción. Lo gremlins ven el cine “Blancanieves y los Siete Enanitos”, en un escena donde se ve perfectamente la trastienda de una sala comercial. No olvidemos tampoco el guiño a “La Matanza de Texas” cuando Snipe ataca a Billy con la sierra eléctrica. Y ya puestos hay un anuncio de una emisora de radio que imita la estética de Indiana Jones.
Escena favorita
-Ver a los gremlins haciendo el gamberro en el bar es la quintaesencia de Joe Dante. Sobre todo en lo que se refiere al humor negro. Vemos a gremlins tahúres, a gremlins exhibicionistas, gremlins borrachos… Desde siempre esta escena me ha producido cierta simpatía, a pesar de lo malos bichos que son. Además es imaginativa y punzante, todo lo contrario a la corrección política más pelmaza y simplona.
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