Título Original: Kelly’s Heroes
Género: Comedia, Bélica
Director: Brian G.
Hutton
Intérpretes: Clint Eastwood, Telly Savallas, Donald
Sutherland, Don Rickles
Nacionalidad: Estadounidense
La idea central sobre la que se
asienta “Los Violentos de Kelly” es la desmitificación de la guerra. Por ella
campan un puñado de antihéroes que en lugar de estar henchidos de altos
ideales, solo actúan moviéndose por dos motivaciones: las tías y el dinero. Es
posible que el momento en que se estrenó la película no sea casual; la Guerra
de Vietman continuaba fracturando a la sociedad estadounidense y devolviendo un
considerable puñado de jóvenes, traumatizados, heridos o muertos.
Impresiones
Casi en esas mismas fechas se estrenaba “M.A.SH” de Robert Altman, que partiendo de La Guerra
de Corea se choteaba de todo lo que fuese jerarquía y orden militar. La
coincidencia de estas dos películas es significativa en el sentido de que habla
de una tendencia, de un estado de ánimo, y quizás de un hartazgo que
sobrevolaba por EE.UU. Las bellas llamadas al patriotismo ya de poco servían en
una guerra, como la de Vietnam, estancada e inacabable.
“Los Violentos de Kelly” se sitúa
en la II Guerra Mundial y nos habla de un pelotón americano que ya está harto
de las penurias de la guerra y que solo quiere ir tirando mientras acaba la
guerra. Con “ir tirando” queremos decir follar y beber en cuanto haya ocasión.
Por pura casualidad este pelotón captura a un coronel nazi, quien informa al
teniente degradado a soldado Kelly (Clint Eastwood) que en la ciudad de
Clermont (Francia; allí se desarrolla la historia, después del Desembarco de
Normandía) hay 14.000 lingotes de oro depositados en un banco. Estamos hablando
de unos 16 millones de dólares de la época. Sería una maniobra peligrosa tratar
de sustraerlos, pues Clermont está más allá de las líneas enemigas, pero poco a
poco Kelly convence al resto del pelotón para unirse al robo del oro alemán.
Este argumento nos puedas dar
lugar a varias reflexiones. ¿Es moral que estos soldados en lugar de pensar en
continuar avanzando por el frente occidental hasta llegar a Alemania, se
dediquen a tratar de robar lingotes de oro? A fin de cuentas se trata de luchar
contra los nazis. No obstante, tengamos en cuenta que para llegar a Clermont
hay que atravesar las líneas enemigas y romper el frente. Y por otro lado quizá
sea un genérica desaprobación de la guerra y la muestra del sentir del soldado
de a pie, que sin tener culpa de los desvaríos políticos que generan los
conflictos se ven obligados a luchar en ellos. Cada cual, supongo, podrá verla
de una manera o de otro. Como una amoralidad total o como una moralidad
antibélica.
El caso es que la película está
espléndidamente rodada, tiene un sentido de la acción y del ritmo inmejorable y
el reparto es francamente excepcional. Y además tiene un agradecido sentido del
humor que hace que aunque pueda parecer subversiva, en realidad sea más ligera
y divertida. No lo duden, es cine de entretenimiento como ya se hace pocas
veces.
Análisis
Dirección: Una cosa está clara. Brian G. Hutton tuvo una carrera
como director más bien corta, pero de ella se puede deducir que dominaba al
dedillo las escenas de acción. Ya en su anterior película, también bélica y
también con Clint Eastwood, “El Desafío de las Águilas” (1968) daba sobradas
muestras de su sentido del ritmo y de su talento para rodar escenas de alto
voltaje, tan necesario en el género de acción. Las escenas bélicas están
rodadas maravillosamente, dando una sensación de verismo y espectáculo bastante
notable. Salvo dilatar algunos tramos de la película no hay grandes errores de
Hutton. Buen trabajo.
Intérpretes: El reparto tiene dos virtudes que son fabulosas para
una película: encanto y
compenetración. Los tres protagonistas principales son
grandes nombres: Clint Eastwood, Donald Sutherland y Telly Savallas. Pero es
que además se complementan perfectamente entre sí. Los diálogos surgen
divertidos y, a veces, mordaces, entre ellos. Sus caracteres van formando un
arquetipo cada uno, el jefe gruñón, el valiente pero algo pasota, el loco y
excéntrico… Mucho encanto en este apartado.
Guion: Al espectador puede chocarle que un tema serio, como II
Guerra Mundial, se banalice y se aleje del espíritu heroico, o al menos sacrificado,
que se supone a la soldadesca de estas características. Personalmente no creo
que vayan por ahí los tiros; me parece que el tono es esencialmente satírico y,
en todo caso, no pasaría de ser amoral. Sin embargo a un tiempo se humaniza a
los soldados, que no son robots programados para la perfección sino personas
con todas las imperfecciones y miedos que pueda tener cualquiera. Además hay
que insistir en la coincidencia en el tiempo del rodaje con la Guerra de
Vietnam. Tanta guerra pesaba ya.
Factura Técnica: Sin duda un buen espectáculo, todas las escenas
típicas de guerra (explosiones, tiroteos, edificios derrumbándose) están logradas y muy bien construidas.
Es una acción muy vistosa, sin necesidad de que cada plano dure solamente un
segundo, ni de mover la cámara sin ton ni son. La película tiene medios y un
gran uso de los mismos. Por cierto, está rodada en Yugoeslavia y, curiosamente,
no en Francia.
ZONA SPOILER
-El interrogatorio al coronel
nazi, durante el inicio de la película, además de ser divertido es muy
ilustrativo del pelotón y sus aspiraciones. Al preguntarle por la ciudad de
Nancy, quieren saber cuál es el mejor hotel de la ciudad y si hay “gachís”. Las
cuestiones bélicas para otro día.
-Kelly, bastante imperturbable, es el primero en enterarse de la existencia de
los lingotes, y su entusiasmo es inmediato. La parte de la presentación de los
personajes es algo extensa y quizá debió adelgazarse un poco.
-Kelly es el arrogante, valiente
y seguro de sí mismo; Big Joe (Telly Savalas) es jefe un tanto cascarrabias
cuya verborrea nos hace gracia; Oddball (Donald Sutherland) es loco
inconsciente que tiene aspecto de haberse adelantado a los hippies en veinte
años, aunque sin embargo es el encargado de los tanques Sherman.
-Es magnífico que el general crea
que los muchachos que están rompiendo el frente sean unos héroes puros y duros.
No digamos que pretenda unirse a ellos. Esa visión desmitificadora del heroísmo
me recuerda a “La Sombra del Águila” de Arturo Pérez Reverte.
-La parte de Clermont quizá se
alarga un poco, a pesar de que la tensa calma está bastante bien conseguida.
Por cierto, otra idea descacharrante es la de librarse de represalias
enardeciendo al gentío con la falsa llegada de De Gaulle.
Escena Favorita
-Uno de los mejores segmentos de
la película es el del campo de minas, pleno de tensión progresiva y fatalismo.
Es uno de los pocos cuadros genuinamente dramáticos, pero no es que desentone
exactamente. A fin de cuentas, es una película de guerra. En cualquier caso un
momento vibrante.
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