martes, 3 de septiembre de 2019

El Hundimiento (2004)


Título Original: Der Untergang

Género: Drama, Bélico

Director: Hirschbiegel

Intérpretes: Bruno Ganz, Alexandra María Lara, Corinna Harfouch, Ulrich Matthes

Nacionalidad: Alemana



Impresiones

“El Hundimiento” es una filmación a cámara lenta del colapso del edificio del nazismo. El cogollo de la historia es lo que aconteció en los últimos días de Hitler en el búnker.  Recuerdo que cuando se estrenó, yo fui a verla en unos cines de Madrid en Príncipe Pío, tuvo una razonable éxito, llegando a estar incluso nominada al Oscar a la mejor película extranjera. La prensa, en general, destacaba la colosal actuación de Bruno Ganz en su emulación de Hitler y lo crudo de la plasmación de la historia.


Recuerdo también una discusión, que afortunadamente hoy no recuerda nadie, sobre la idoneidad de la representación de Hitler, que se nos presente doliente, débil y enfermo; como si se fuera condescendiente con el terrible genocida. Para nada de acuerdo. Si no vieron en la encarnación del mal en estado puro en la actuación de Bruno Ganz, no sé qué demonios entendieron. Todo lo que hace y dice es de una maldad trágica y fanática en grado sumo. Si se presenta a Hitler enfermo y alicaído no es por compasión, es porque realmente ocurrió así. Todo ello por no mencionar la oceánica cantidad de médicamente que recibía todos los días por parte de su médico, Theodore Morell. Y aun así, su comportamiento es aterrador; su desprecio por la vida humana resulta apabullante. Prefiere ver morir a todos su pueblo (según él incluso lo merece) a capitular.



Es una película muy coral, pero el personaje que se puede considerar principal es su secretaria Traudl Junge. ¿Por qué ella? Porque es un personaje símbolo. No es nacionalsocialista pero se ve arrastrada por el nefasto torrente hitleriano; es buena persona , pero ignora todo lo terrible de Hitler y muestra al dictador una curiosa lealtad. ¿No es una representante del pueblo alemán? De todos aquellos que por ignorancia, instilada o de cosecha propia, miraron hacia otro lado; de los que no supieron ver el mal, el huevo de a serpiente que acabaría arrasando Europa. Quizá, en ese sentido, “El Hundimiento” sea un pliego de descargo en nombre de Alemania. Quién sabe.

Cinematográficamente la película es un triunfo. El ambiente es absolutamente claustrofóbico, situando el 80% de la acción en los pasillos y habitaciones de un búnker; el resto en las decadentes fiestas de la cancillería y en las derruidas calles de Berlín mientras los soviéticos estrechan el cerco. El tono es oscuro, no solo aspectualmente sino también conceptualmente; a través de las historias de los diversos personajes vemos una serie de actos de crueldad casi inaguantable. Hirschbiegel hilvana con éxito el arco argumental de todos los actores y hace un completo y detallado resumen de aquellos momentos para a historia. La historia de la justa decadencia de un III Reich que entre los escombros de última hora se mueve entre el fanatismo perseverante del monstruo, junto con algunos de sus acólitos, y los que tratan de salvar su culo a toda costa. Y pocos inocentes.



Análisis

Dirección: Hay algo poderoso en la forma de narrar de Hirschbiegel, bien es cierto que la historia que se cuenta es apta para epatar al espectador, pero hay que saber estar a la altura. En las situaciones más trágicas o incómodas el director alemán no tiene reparos en alargarlas y conseguir así un intenso clímax emocional. No obstante, en ningún momento se ceba innecesariamente. Las escenas subterráneas son claustrofóbicas y las exteriores desoladoras. Las escenas de acción, cuando ocurren, no están mal rodadas. Sin duda la mejor película de Hirschbiegel.

Intérpretes: Hay un pico, un ochomil, una cima que sobresale obre todos. Bruno Ganz hace una admirable interpretación de Hitler, que requiere compaginar la vulnerabilidad (como hecho biológico) de un monstruo, con su maldad incesante e ingénita. Los temblores, la ira, la locura, son aterradoramente reales. Otro detalle a favor de la película es el extraordinario parecido de los actores con los personajes reales. En el caso de Himmler o Goebblels es realmente extraordinario. Lo importante, no obstante, es el nivel interpretativo. A destacar los intérpretes del matrimonio Goebbels (Ulrich Matthes y Corinna Harfouch), donde el papel de Magda es particularmente impactante.

Y cómo no Alexandra Maria Lara hace un papel bastante digno de Traudl Junge. No es fácil compaginar la compasión que siente por Hitler con la mirada cada vez más horrorizada ante su maldad. Alexandra sale airosa del desafío. Un par de personajes más me llaman la atención: Eva Braun (Juliane Köhler) y su alienado desenfado, y la mirada decidida y lúcida del médico, doctor Schenk (Christian Berkel,). Si bien de este último solo se nos muestra la faceta positiva; en Matthausen-Gusen había llevado a cabo terribles experimente con humanos.

Guion: Es una fiel reflejo de los últimos días del III Reich. Podemos ir viendo el armazón de la historia a través de la aparición de varios personajes. Por ejemplo, si aparece Albert Speer (el arquitecto de Hitler, interpretado por Heino Ferch) se habla de su despedida de Berlín y cómo afecta a Hitler. Los fragmentos del matrimonio Goebbels son particularmente aterradores y conforman algunas escenas difíciles de olvidar. Las traiciones de Himmler y Goering hace que la tensión crezca por momentos. Esta multitud de pequeñas historias van construyendo una historia en la que el aglutinante es la mirada de Traudl Junge.

Factura Técnica: Poco tiene que envidiar a una producción estadounidense. Las imágenes exteriores dan una terrible sensación de verismo, de decadencia y de muerte. Las imágenes del bunker son opresivas, y se nos sirven a base travelling y un buen llevado montaje. La fotografía, en cualquier caso deja una sensación de grisura notable. Como bien corresponde a la historia que se cuenta.

ZONA SPOILER

-La primera escena, con la prueba de mecanografía, vemos que se va a formar un extraño vínculo entre Traudl Junge y Hitler. No obstante, al inicio ya tenemos unas declaraciones de la propia Traudl en la que lamenta haber estado al servicio del dictador y no haber visto ciertas cosas.

-Muchos elementos son clásicos dentro de la historiografía de aquellos días: Hitler moviendo divisiones inexistentes y con aspecto de estar medio drogado; las “espantás” de Himmer Y Göering ; el matrimonio con Eva Braun; el dictado del testamento político...

-Los personajes ficticios dan juego en los exteriores. Ahí tenemos al niño soldado que abate tre tanques rusos y es condecorado con Hitler, además de renegar de su padre. Duele enormemente ver a unos chiquillos dispuestos a dar la vida de una forma tan devota por el Führer.

-La grandilocuencia de los proyectos que tenía Hitler con el arquitecto Albert Speer casi asusta. Una ciudad megalómana y grandilocuente que solo se quedó en maqueta. Precisamente ante esta maqueta Hitler rememora sus ”planes” para Europa.

-Hitler echa pestes de los generales por incompetentes y desobedientes. Lo dice alguien que no pasó de cabo. Fueron suyas algunas decisiones nefastas para e ejército alemán durante l guerra. En cuanto a desobedientes… será ya al final, pues muchas órdenes descabelladas fueron cumplidas rigurosamente (que se lo pregunten a Von Paulus en Stalingrado)

-Traudl empieza a cambiar de parecer respecto a su jefe cuando comienza a escuchar las apabullantes barbaridades que dice sobre el pueblo en particular y la humanidad en general. En realidad podemos dividir a la gente del búnker, sea jerárquicamente lo que sea, en dos grupos: los afecto a Hitler, cegados por el fanatismo y fieles a su juramento, o los que ven el disparate de proporciones colosales que se está produciendo.

-Al final de la película la Traudl Junge real vuelve a aparecer en su vejez lamentado no haber viso realmente al monstruo que era Hitler desde el principio. Y pone de ejemplo a  Sophie Schöll para decirnos que la juventud no era excusa. En realidad es probable que hable por muchos alemanes.

Escena favorita

-Es absolutamente pavoroso el momento en que Magda Goebels va administrando el somnífero a sus hijos para luego darles el veneno moral. Tal subversión de los que debe ser una madre nos impacta profundamente; se nos queda en la memoria al salir del cine. Hirschbiegel no hace elipsis, nos muestra todos los pasos que da Magda para envenenar a sus hijos uno por uno. Decide que lo veamos. El fanatismo nazi es plasmado de una forma íntimamente aterradora. Magda no quería que sus hijos vivieran en un mundo sin nacionalsocialismo.

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