martes, 27 de agosto de 2019

La Extraña Pareja (1968)


Título Original: The Odd Couple

Género: Comedia

Director: Gene Sacks

Intérpretes: Jack Lemmon, Walter Matthau, John Fiedler, Herb Edelman

Nacionalidad: Estadounidense



Impresiones

Ya mostramos en este blog la fantástica y divertidísima afinidad entre Jack Lemmon y Walter Mattha cuando analizamos “En Bandeja de Plata” (1966). Los roles atribuidos a cada uno de ellos nos suele mostrar que a Matthau le van como anillo al dedo los personajes ariscos, gruñones y algo sinvergüenzas; a Lemmon se le identifica más con personajes rectos, ingenuos y cotidianos. Algo de eso hay en “La Extraña Pareja”, si bien concretando algunos matices.

“La Extraña Pareja” era (y acaso lo es todavía) un perfecto muestrario de algunas de las peripecias vitales del hombre de clase media norteamericano; quizá occidental. Si usamos un gran angular, el protagonismo recae sobre un grupo de amigos con vicisitudes fácilmente identificables en el mundo real: tenemos a un divorciado que pasa apuros, por ser un desastre, para pasar la manutención a su mujer; un hombre que está a punto de irse de vacaciones con su familia; … o al pobre individuo que se va a separar de su mujer y se siente terriblemente desnortado. Su conciliábulo es una partida de póker semanal.



“La Extraña Pareja” nos cuenta la historia de Felix Ungar (Jack Lemmon) un hombre, un tanto neurótico, que se queda en shock tras divorciarse de su mujer. Tras este infeliz acontecimiento comienza a comportar se de forma un tanto errática y autodestructiva, además de haberse ido de casa. Finalmente, su amigo Oscar Madison decide ofrecerle su casa para que sean compañeros de piso hasta que Felix se recupere. Este alarde de generosidad y de exaltación de la amistad dará comienzo a una tensa (y tronchante) escalada de tensión entre ambos, debido a la incompatibilidad de caracteres.

Y ése es el recurso cómico de la película: juntar en el reducido espacio de un piso a dos personas auténticamente incompatibles. Felix es un fanático de la limpieza y el orden; además es un excelente cocinero. Oscar es su perfecto opuesto: un tipo desorganizado y desastroso al que no le importa vivir en una pocilga. Si juntamos la manías y rarezas de cada uno, no es difícil esperar que la convivencia salto por los aires, mediante una serie de magníficos gags. Además, su estado de ánimo es muy distinto. Oscar , más juerguista, está deseando salir de fiesta todo lo que pueda y conocer chicas. Felix por su parte continúa tristón y abatido por el divorcio, estado de ánimo que chafará algún plan a su sufrido compañero.



Y es que “La Extraña Pareja”, a su modo, nos da una visión sobre la amistad, la convivencia, y la adaptación a pequeñas rutinas que nos son desconocidas o desagradables. Tangencialmente también nos habla sobre la dependencia emocional, la capacidad de superación para comenzar una nueva vida…  Pero todo con una sonrisa casi permanente en la boca que desemboca, no pocas veces, en carcajada. A reír.

Análisis

Dirección: Gene Sacks tuvo unos años gloriosos, entre finales de los sesenta y principios de los setenta. Aparte de “La Extraña Pareja también dirigió “Descalzos por el Parque (1967), una deliciosa comedia romántica con Robert Redford y Jane Fonda y “Flor de Cactus” (1969), otra buena comedia romántica con Walter Matthau, Jack Lemmon, Ingrid Bergman y Goldie Hawn. Todas ellas tienen en común que se inspirar en obras teatrales, de modo que se puede decir que la especialidad de Sacks eran las comedias de toque teatral y humor costumbrista, además de lúcido e ingenioso. En “La Extraña Pareja” hace un trabajo sin alharacas, dejando a dos grandes actores hacer lo que mejor saben hacer y vigilando que la historia y el humor fluyan con naturalidad.

Intérpretes: Jack Lemon y Walter Matthau han pasado a la historia del cine como una pareja icónica y entrañable. Ambos comparten un astronómico talento, pero sus personajes suelen tener un talante decididamente opuesto. Walter más rudo; Jack más sensato. Sea como fuera esta oposición de caracteres hace que se produzca una complementariedad perfecta entre ambos y de la cual se beneficia la película. Oscar (Matthau) nos hace gracia por su desfachatez, su pasotismo mordaz y su nula capacidad de organización; sus reacciones a algunas manías de Felix son tronchantemente vehementes y gruñonas. Es un personaje caricaturizado, como el de  Jack Lemmon.
Felix es una máquina de limpiar que no siente compasión por los que dejan una mota de polvo fuera de sitio; cada cinco minutos recorre y ausculta la casa por si se le hubiera pasado una manchita. Dentro de las caricaturas que suponen sus personajes, ambos actores están creíbles y divertidos. Lo de la extraña pareja casi ha pasado al habla cotidiana y a la cultura popular. A raíz del éxito de la película se estrenó una serie de televisión con Toni Randal y Jack Klugman.

Guion: Es inevitable hablar de Neil Simon. Magnífico dramaturgo, la adaptación a la gran pantalla de varias de sus obras han dejado momentos divertidísimos y memorables. La mencionada anteriormente “Descalzos por el Parque”, sin ir más lejos fue otra  adaptación de Neil Simon a cargo de Gene Saks. No olvidemos tampoco la formidable y tronchante “Un Cadáver a los Postres” (1976). En la película que nos ocupa la escritura de Simon nos habla de las dificultades de dos hombres de mediana edad para reconducir sus vidas. De un lado Oscar no parece lamentar su divorcio, pero vive en una pocilga de piso, no ahorra nada y no puede pagar la manutención a su mujer. Del otro, Felix es prodigio de orden, limpieza y administración; sin embargo no es capaz de dejar atrás su recién terminada relación, es muy dependiente emocionalmente y acarrea para sí (y para los demás) un buen fajo de manías.
Todo ello lleva a una serie de desavenencias en forma de comedia, pero que hilando más fino es también un proceso de aprendizaje. Oscar comprobará los beneficios del orden, la limpieza y el ahorro, y Felix comprobará que aún le queda vida tras su divorcio y que nunca es tarde para virar de rumbo y adaptarse.

Factura Técnica: Sin trampa ni cartón. No hay una puesta en escena particularmente llamativa, salvo la emulación de un piso de clase media de la época y unos pocos exteriores. Predomina el carácter teatral, consecuente si tenemos en cuenta el origen de la historia, y se mantiene la unidad de lugar. La melodía principal de la banda sonora, de Neal Hefti, ha trascendido y es relativamente conocida. Todo en su sitio.

ZONA SPOILER

-El comienzo es tragicómico, casi rozando el humor negro. Felix trata de suicidarse sin éxito o sin mucha convicción. Un situación, a priori, tan densa Gene Sacks la humoriza elegantemente.

-La partida de carta tiene algo de reflejo del hombre medio norteamericano de la época. Una reunión de tíos, cobijados por una densa humareda de tabaco mientras juegan al póker. El miedo que tienen a que Felix se suicide da lugar a algún gag interesante.

-Las desavenencias más fuertes comienzan cuando, por idea de Oscar, ambos conciertan una cita con las Hermanas Periquito (sic). Ambos comprobarán, ante la llorera  de Felix, que las mujeres también se sienten atraídas por hombres sensibles

-Memorable la escena en la que Oscar, ya harto de tanto limpieza, comienza a andar sobre los sillones y, en general, decide ensuciarlo todo.

-¡Qué son linguini, no espaguetis!

-La amistad parece totalmente quebrada, sin embargo en última instancia ambos habrán de reconocer que han aprendido algo de su experiencia como compañeros de piso. Oscar es más ordenado y metódico, y Félix confía más consigo mismo y parece que vuelve a enderezar su vida. Y además está el póker; el póker es sagrado.

Escena favorita

-No se pierdan la escena en que Oscar llega al salón de estar, después de preparar los cócteles, y ve cómo las Hermanas Periquito están llorando a moco tendido junto con Felix. Y más aún, casi parece que las ha conquistado; lo consideran un hombre sensible y maravilloso. Oscar resignado se bebe los cócteles para olvidar lo que está viendo.

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