Título Original: The Odd Couple
Género: Comedia
Director: Gene Sacks
Intérpretes: Jack Lemmon, Walter Matthau, John Fiedler, Herb
Edelman
Nacionalidad: Estadounidense
Impresiones
Ya mostramos en este blog la
fantástica y divertidísima afinidad entre Jack Lemmon y Walter Mattha cuando
analizamos “En Bandeja de Plata” (1966). Los roles atribuidos a cada uno de
ellos nos suele mostrar que a Matthau le van como anillo al dedo los personajes
ariscos, gruñones y algo sinvergüenzas; a Lemmon se le identifica más con
personajes rectos, ingenuos y cotidianos. Algo de eso hay en “La Extraña
Pareja”, si bien concretando algunos matices.
“La Extraña Pareja” era (y acaso
lo es todavía) un perfecto muestrario de algunas de las peripecias vitales del
hombre de clase media norteamericano; quizá occidental. Si usamos un gran
angular, el protagonismo recae sobre un grupo de amigos con vicisitudes
fácilmente identificables en el mundo real: tenemos a un divorciado que pasa
apuros, por ser un desastre, para pasar la manutención a su mujer; un hombre
que está a punto de irse de vacaciones con su familia; … o al pobre individuo
que se va a separar de su mujer y se siente terriblemente desnortado. Su conciliábulo
es una partida de póker semanal.
“La Extraña Pareja” nos cuenta la
historia de Felix Ungar (Jack Lemmon) un hombre, un tanto neurótico, que se
queda en shock tras divorciarse de su mujer. Tras este infeliz acontecimiento
comienza a comportar se de forma un tanto errática y autodestructiva, además de
haberse ido de casa. Finalmente, su amigo Oscar Madison decide ofrecerle su
casa para que sean compañeros de piso hasta que Felix se recupere. Este alarde
de generosidad y de exaltación de la amistad dará comienzo a una tensa (y
tronchante) escalada de tensión entre ambos, debido a la incompatibilidad de
caracteres.
Y ése es el recurso cómico de la
película: juntar en el reducido espacio de un piso a dos personas
auténticamente incompatibles. Felix es un fanático de la limpieza y el orden;
además es un excelente cocinero. Oscar es su perfecto opuesto: un tipo
desorganizado y desastroso al que no le importa vivir en una pocilga. Si
juntamos la manías y rarezas de cada uno, no es difícil esperar que la convivencia
salto por los aires, mediante una serie de magníficos gags. Además, su estado
de ánimo es muy distinto. Oscar , más juerguista, está deseando salir de fiesta
todo lo que pueda y conocer chicas. Felix por su parte continúa tristón y
abatido por el divorcio, estado de ánimo que chafará algún plan a su sufrido
compañero.
Y es que “La Extraña Pareja”, a
su modo, nos da una visión sobre la amistad, la convivencia, y la adaptación a
pequeñas rutinas que nos son desconocidas o desagradables. Tangencialmente también
nos habla sobre la dependencia emocional, la capacidad de superación para
comenzar una nueva vida… Pero todo con
una sonrisa casi permanente en la boca que desemboca, no pocas veces, en
carcajada. A reír.
Análisis
Dirección: Gene Sacks tuvo unos años gloriosos, entre finales de
los sesenta y principios de los setenta. Aparte de “La Extraña Pareja también
dirigió “Descalzos por el Parque (1967), una deliciosa comedia romántica con
Robert Redford y Jane Fonda y “Flor de Cactus” (1969), otra buena comedia
romántica con Walter Matthau, Jack Lemmon, Ingrid Bergman y Goldie Hawn. Todas
ellas tienen en común que se inspirar en obras teatrales, de modo que se puede
decir que la especialidad de Sacks eran las comedias de toque teatral y humor
costumbrista, además de lúcido e ingenioso. En “La Extraña Pareja” hace un
trabajo sin alharacas, dejando a dos grandes actores hacer lo que mejor saben
hacer y vigilando que la historia y el humor fluyan con naturalidad.
Intérpretes: Jack Lemon y Walter Matthau han pasado a la historia
del cine como una pareja icónica y entrañable. Ambos comparten un astronómico
talento, pero sus personajes suelen tener un talante decididamente opuesto.
Walter más rudo; Jack más sensato. Sea como fuera esta oposición de caracteres
hace que se produzca una complementariedad perfecta entre ambos y de la cual se
beneficia la película. Oscar (Matthau) nos hace gracia por su desfachatez, su
pasotismo mordaz y su nula capacidad de organización; sus reacciones a algunas
manías de Felix son tronchantemente vehementes y gruñonas. Es un personaje
caricaturizado, como el de Jack Lemmon.
Felix es una máquina de limpiar
que no siente compasión por los que dejan una mota de polvo fuera de sitio;
cada cinco minutos recorre y ausculta la casa por si se le hubiera pasado una
manchita. Dentro de las caricaturas que suponen sus personajes, ambos actores
están creíbles y divertidos. Lo de la extraña pareja casi ha pasado al habla
cotidiana y a la cultura popular. A raíz del éxito de la película se estrenó una
serie de televisión con Toni Randal y Jack Klugman.
Guion: Es inevitable hablar de Neil Simon. Magnífico dramaturgo, la
adaptación a la gran pantalla de varias de sus obras han dejado momentos
divertidísimos y memorables. La mencionada anteriormente “Descalzos por el
Parque”, sin ir más lejos fue otra
adaptación de Neil Simon a cargo de Gene Saks. No olvidemos tampoco la
formidable y tronchante “Un Cadáver a los Postres” (1976). En la película que
nos ocupa la escritura de Simon nos habla de las dificultades de dos hombres de
mediana edad para reconducir sus vidas. De un lado Oscar no parece lamentar su
divorcio, pero vive en una pocilga de piso, no ahorra nada y no puede pagar la
manutención a su mujer. Del otro, Felix es prodigio de orden, limpieza y administración;
sin embargo no es capaz de dejar atrás su recién terminada relación, es muy
dependiente emocionalmente y acarrea para sí (y para los demás) un buen fajo de
manías.
Todo ello lleva a una serie de
desavenencias en forma de comedia, pero que hilando más fino es también un
proceso de aprendizaje. Oscar comprobará los beneficios del orden, la limpieza
y el ahorro, y Felix comprobará que aún le queda vida tras su divorcio y que
nunca es tarde para virar de rumbo y adaptarse.
Factura Técnica: Sin trampa ni cartón. No hay una puesta en escena
particularmente llamativa, salvo la emulación de un piso de clase media de la
época y unos pocos exteriores. Predomina el carácter teatral, consecuente si
tenemos en cuenta el origen de la historia, y se mantiene la unidad de lugar.
La melodía principal de la banda sonora, de Neal Hefti, ha trascendido y es
relativamente conocida. Todo en su sitio.
ZONA SPOILER
-El comienzo es tragicómico, casi
rozando el humor negro. Felix trata de suicidarse sin éxito o sin mucha
convicción. Un situación, a priori, tan densa Gene Sacks la humoriza
elegantemente.
-La partida de carta tiene algo
de reflejo del hombre medio norteamericano de la época. Una reunión de tíos,
cobijados por una densa humareda de tabaco mientras juegan al póker. El miedo
que tienen a que Felix se suicide da lugar a algún gag interesante.
-Las desavenencias más fuertes
comienzan cuando, por idea de Oscar, ambos conciertan una cita con las Hermanas
Periquito (sic). Ambos comprobarán, ante la llorera de Felix, que las mujeres también se sienten
atraídas por hombres sensibles
-Memorable la escena en la que
Oscar, ya harto de tanto limpieza, comienza a andar sobre los sillones y, en
general, decide ensuciarlo todo.
-¡Qué son linguini, no
espaguetis!
-La amistad parece totalmente
quebrada, sin embargo en última instancia ambos habrán de reconocer que han
aprendido algo de su experiencia como compañeros de piso. Oscar es más ordenado
y metódico, y Félix confía más consigo mismo y parece que vuelve a enderezar su
vida. Y además está el póker; el póker es sagrado.
Escena favorita
-No se pierdan la escena en que
Oscar llega al salón de estar, después de preparar los cócteles, y ve cómo las
Hermanas Periquito están llorando a moco tendido junto con Felix. Y más aún, casi
parece que las ha conquistado; lo consideran un hombre sensible y maravilloso.
Oscar resignado se bebe los cócteles para olvidar lo que está viendo.
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