Título Original: La Invención de
Cronos.
Género: Fantástico, Terror.
Director: Guillermo del Toro.
Intérpretes: Federico Luppi, Ron
Perlman, Claudio Brook, Margarita Isabel.
Nacionalidad: Mexicana.
Impresiones
El mayor, o uno de los mayores,
activos de Guillermo del Toro es su fértil imaginación; su capacidad de
imaginar, atrapar y plasmar bellas e interesantes ideas. Esta faceta
imaginativa, aparte de en crear mundos, se muestra en coger antiguos y
venerables arquetipos y transfundirlos a un nuevo y divergente concepto. En “Cronos”, que pasa por ser el debut del
cineasta mexicano en el largometraje, se coge el concepto de vampirismo y se
convierte en algo insólito y novedoso.
No hay condes transilvanos con la ancestral
necesidad de sangre, ni tampoco adolescentes de colmillos largos en su punto
máximo de ebullición hormonal (siendo la ausencia de esto segundo un
considerable alivio). Tal inventiva, a buen seguro, fue el motivo por el que
“Cronos” pasó con éxito por los festivales de Sitges y Cannes.
Guillermo del Toro es un
admirador del cine de monstruos, en forma de seres impares o almas torturadas.
Pero por los monstruos siente un indisimulado cariño, como si se compadeciese
de sus taras o su malditismo . ¿No es eso lo que se ve, en distinto registros,
en “Hellboy” (2004) o en “La Forma del Agua (2017)? Además su concepto de
monstruo es muy amplio, un mismo ser humano puede ser o devenir en uno. En
“Cronos”, por ejemplo, el monstruo, el “freak”, el ser insólito, es un anciano
anticuario que suele pasar el tiempo junto con su silente nieta.
He ahí el secreto de que una
película de terror permanezca en nuestros pensamientos. Al factor grotesco, hay
que añadirle un factor humano, una tribulación que nos pille algo de cerca para
que pueda conmovernos más eficientemente. ¿Por qué “La Semilla del Diablo”
(1968) me parece tan aterradora? Porque aparte de una historia de brujos y
aquelarres, la parte sustancial de la película consiste en una madre embarazada
tratando de proteger a su hijo nonato de una conspiración vecinal y esotérica.
En “Cronos” es imposible no sentir algo de cariño por el abuelo y su nieta; un
símbolo de la inocencia amenazado por fuerzas oscuras y ominosas.
Jesús Gris regenta una tienda de
antigüedades y accidentalmente descubre dentro de una figura un curioso
artefacto. Este artefacto, aunque Jesús no lo sepa, fue creado en 1536 por el
alquimista Uberto Fulcanelli y contiene dentro de sí un extraño insecto. A
través de un ingenioso, y doloroso, mecanismo el insecto chupa la sangre de
quien lo use y le inocula una sustancia
de propiedades inimaginables: la inmortalidad. Sin embargo, como no podía ser
de otra forma, su uso tendrá un precio; todo ello sin contar con que un
moribundo empresario (Carlos Brooks), conocedor de las propiedades del
artefacto, tratará de hacerse con él como sea a través de su siniestro sobrino
(Ron Perlman).
Puede que sea la película más
incómoda de Guillermo del Toro; en sus partes más terroríficas intuimos guiños
a Cronenberg o a las películas de zombis, pero también hay un hueco para la
ternura. Y ese es el encanto de Guillermo: nos enseña a ver a los monstruos con
rostro humano.
Análisis
Dirección: Visualmente bascula entre una manera de rodar elegante y
una ambientación sórdida. Tiene momentos de estética impactante y levemente
sucia, pero bastante imaginativa. Del Toro maneja muy bien la tensión y no le
cuesta nada irnos amarrando a la extraña trama. Las escenas de acción están
francamente bien rodadas y se sumerge en la parte emotiva de una forma sobria,
sin manierismos lacrimógenos. Buena composición de una película inquietante,
original y algo triste.
Actuaciones: Federico Luppi es una garantía de calidad. El
argentino pone en “Cronos” toda su sapiencia, elegancia y talento al servicio
de un personaje en una situación peligrosa que cuando alcanza el patetismo lo
hace sin aspavientos ni teatralidades farragosas. Ron Perlman, en su papel de
villano (más bien uno de los villanos) está creíble y ajustado; su presencia
física y su facilidad para interpretar personajes un tanto hoscos posibilitan
un buen hacer en papeles así. Acudiendo a la nostalgia he de decir que aún le
sigo recordando principalmente por su papel del estrafalario Salvatore en “El
Nombre de la Rosa” (1986). Volvería a trabajar con Del Toro en “Hellboy” (2004)
y “Hellboy II” (2008). Margarita Isabel, como la callada nieta de Jesús Gris, y
Tamara Shanath como Aurora Gris cumplen a la perfección. Luppi volvería a
trabajar con Del Toro en “El Espinazo del Diablo” (2002).
Guion: Como ya decíamos, la historia parte de una singular revisión
del vampirismo, cambiando buena parte de su mitología y eliminando cualquier
atisbo de romanticismo. Los diálogos son parcos y el peso de la película recae
sobre todo en el poder de las imágenes. Otro tema importante que trata la
historia, es lo referente a la inmortalidad. ¿Cuáles serían sus efectos?
¿Conviene arriesgarlo todo por ella? Por no mencionar la elección entre el bien
y mal, ciertos afectos familiares, y el “encaje” que tendrían a día de hoy las
antiguas historias y leyendas. Guillermo del Toro demuestra ingenio y
conocimiento de los terrores clásicos para así poder transgredirlos mejor.
Factura Técnica: La fotografía corre a cargo de Guillermo Navarro,
colaborador en muchas películas de Del Toro y ganador de un Óscar por “El
Laberinto del Fauno” (2006). Su trabajo es bueno, y la atmósfera sórdida y
tétrica impregna a la película y al espectador (véase) en situaciones como la
funeraria y el horno crematorio). La música es cumplidora, aumentando la sensación
fundamental de drama siniestro. Sin alardes la dirección técnica es bastante
resultona.
ZONA SPOILER
-El inicio, contado en tercera
persona y hablando de alquimistas y misterios varios, es como si fuera la
introducción a un cuento fantástico. En ese punto nuestra imaginación comienza
a alzar el vuelo.
-Es recomendable ver la película
con subtítulos, cosa harto fácil en estos tiempos. El hecho de que Ron Perlman
hable casi todo en inglés puede causar desconcierto, pero en realidad añade más
verismo.
-La escena en el crematorio puede
ser altamente desagradable, por lo agobiante y desagradable del entorno y por
lo que allí se “cocina”, claro.
-A parte del vampirismo también
hay guiños el cine de zombis, no hay más que ver el aspecto putrefacto de Jesús
Gris en el tramo final de la película. Estéticamente también hay algo de
Cronenberg en la transformación de Jesús; pienso sobre todo en “La Mosca” (1986).
-Es cierto que hay un vínculo de
cariño entre Jesús, Aurora y la nieta, pero está muy matizado. Es enternecedor
que prácticamente la única palabra que diga Mercedes, la nieta, sea “abuelo”,
pero Del Toro no abusa de esos tics. Hay algo de frialdad en los afectos.
-El malo, y no lo digo como algo
peyorativo, tiene algo como de cómic. Un multimillonario enfermo que hará lo
que sea para hacerse con el artefacto. Incluso tiene un sicario en la figura de
su sobrino (Ron Perlman) que, como finalmente se revela, no es muy de fiar.
-Da mal rollo es artefacto de la
inmortalidad. Me llegan a producir dolor físico las escenas en que se clava en
la piel de Jesús Gris. Tremendo como alancea la epidermis.
-La inmortalidad tiene un precio
probablemente indeseable y abominable. Entre otras cosas el hambre perpetua de
sangre. Lo que nos lleva a…
Escena favorita
-Hay un momento de tal decadencia
vital y física que casi asusta. Ocurre cuando vemos que Jesús lame con angustia
y necesidad una mancha de sangre, del corte que se ocasionado otra persona, en
el suelo del cuarto de baño de la sala de fiestas donde se celebra el año nuevo.
Un pobre anciano se tiene que rebajar a tales acciones por su accidental
inmortalidad.
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