martes, 9 de octubre de 2018

Las Diabólicas (1955)


Título Original: Les Diaboliques.

Género: Intriga

Director: Henri-Georges Clouzot.

Intérpretes: Simone Signoret, Véra Clouzot, Paul Meurisse, Charles Vanel.

Nacionalidad: Francesa.



Impresiones

Una de mis películas favoritas, de uno de mis géneros favoritos, el suspense, tenía que pasar por este blog más pronto que tarde. “Las Diabólicas” posee una de las atmósferas más opresivas y ominosas que yo haya visto en el celuloide. En buena medida debido al carácter naturalista, ayuno de cualquier efectismo, de la factura técnica. Los escenarios (una escuela y sus dependencias, una casa de campo…) son oscuros y musgosos; a veces rayando la decrepitud. También es una película de grandes ventanales (los que hayan visto la película lo sabrán) por donde siempre hay alguien observando, escudriñando los secretos que campan inadvertidos alrededor.




La trama nos sitúa en un colegio de internos en París. La directora, Christina (Véra Clouzot) y una de las profesoras, Nicole (Simone Signoret), son respectivamente la esposa y la amante del señor Delasalle, que convive con ellas en el colegio. El señor Delasalle es un rufián desaprensivo que maltrata física y psicológicamente a ambas hasta límites inaguantables. Tanto es así que las dos, esposa y amante, urden un plan para asesinar a su maltratador y acabar con su suplicio. El plan se llevará acabo aprovechando una festividad en la que los internos volverán a sus casas y tomará lugar en un pueblo lejos de París.



Tal planteamiento parece muy propio del cine negro; tenemos planes criminales, hombres turbios y un par de femmes fatales (o no tanto, no dejan de ser víctimas). Sin embargo la película irá evolucionando por caminos no del todo convencionales; el guion introduce elementos extraños, de una rareza perturbadora, hasta acercarnos incluso al cine de terror. Un inquietante clima de desconfianza, desconcierto y enfermedad acabarán por adueñarse de la película y de toda nuestra atención.

Vi esta película por primera vez, hará unos quince o dieciséis años, en el ínclito y añorado programa de televisión “Qué Grande es el Cine” y ciertamente fue casi un flechazo automático. La poderosa sugerencia para inquietar, e incluso asustar, de “Las Diabólicas” me causaron una viva impresión y una admiración que llega hasta hoy. Al cabo de unos años, en un Vips de Madrid (cuando aún se vendían libros y películas en los Vips; ahora es un merendero con ínfulas), me encontré con un pack irresistible de Clouzot: “Las Diabólicas” y “El Salario del Miedo” (1953) a precio de amigo. Ni que decir tiene que no deje pasar la ocasión de reclutar los DVD, para la colección.



La película pronto se convirtió pronto en uno de los estandartes del thriller francés y en una obra de culto cuyo estatus permanece hoy en día. A mediados de los noventa hubo un mediocre remake con Sharon Stone, engrosando así la lista de “revisitaciones” absurdas y vacías en el Hollywood de los últimos veinticinco años. Sea como sea, “Las Diabólicas” sigue siendo un ejemplo de cómo provocar intriga y algún que otro escalofrío.



Análisis

Dirección: H.G Clouzot tiene dos películas que se encuentran entre mis favoritas del cine francés. Una es el “Salario el Miedo” y otra es, cómo no, “Las Diabólicas”. El denominador común de ambas es la capacidad magistral del director francés para crear una tensión densa y agobiante. De hecho hay quien habla de un Hitchcock francés. Su fórmula para “Las Diabólicas” es una puesta en escena seca pero lúgubre, procedente de una querencia por un naturalismo un tanto grotesco. Clouzot se las apaña para ir añadiendo elementos de intriga como si fuera una bola de nieve que cada vez va aumentando su tamaño, hasta llegar a un desenlace con una secuencia alarmantemente bien planificada; digna de los grandes del cine. Clouzot fue tratado con desdén por los cretinos de Cahiers du Cinéma acusándole poco menos que de practicar un suspense anticuado. Si a ello sumamos una gratuita y poco fundada reputación de colaboracionista durante la ocupación nazi, resulta que la fama de Clouzot no ha sido todo lo restallante que debiera.

Actuaciones: El protagonismo es absolutamente femenino. El tándem Signoret-Véra Clouzot lleva prácticamente todo el peso de la película; efecto reforzado por el contraste entre ambas. Simone Signoret, aparte de ser una sensacional actriz, siempre añade un plus de sensualidad a sus papeles. Esto mismo ocurre en “Las Diabólicas”; su personaje también es el más arriesgado y corajudo, toda la planificación criminal procede de ella. Además, hay algo de modernidad en su porte y en su desenvoltura. Por su parte Véra Clouzot aporta una compostura más exótica (lo hace fácilmente; es brasileña de nacimiento, aunque en la película interpreta a una hispanoamericana)  pero más inocente; su implicación en el diabólico plan es más a regañadientes y siempre a rebufo, pero necesaria en los momentos clave. Es, además, un personaje de firmes convicciones religiosas, que se verán seriamente confrontadas con sus actos. Su salud, más bien débil, también aumenta la sensación de vulnerabilidad de su interpretada.

Este contraste de personalidades es todo un filón para la película, provocando a veces una atmósfera de desconfianza que va enturbiando el ya de por sí siniestro panorama. Destacar también la amenazante presencia del señor Delasalle, interpretado por un inquietante Paul Meurisse y la tranquila sagacidad del inspector retirado encarnado por Charles Vanel.

Guion: Se inspira en la novela escrita entre Pierre Boileau y Thomas Narcejac; que por cierto algo tendrá, Hitchcock pugnó por conseguir los derechos y llegó tarde. Luego el gran Alfred conseguiría los derechos de otra novela de los mismos autores y le saldría “Vertigo” (1958). A ver si algún día leo a los Boileau y Narcejac, yo diría que material tienen. En cualquier caso el guion se cuece a fuego lento, dejando que la intriga e incluso lo aparentemente fantástico fluya cadenciosamente entre los huecos del naturalismo que sirve como base. La historia, más allá del aspecto criminal, engarza con la temática del maltrato y la consiguiente desesperación de las víctimas. El remate de la historia es antológico.

Factura Técnica: La sobriedad en este aspecto es lo que confiera a “Las Diabólicas” su peculiar sentido de la intriga. Como ya hemos dicho anteriormente la película se sirve del naturalismo para asentarse y ello influye en varios aspectos. En el aspecto sonoro la música es muy leve, habiendo muchos momentos de silencio; un silencio que realza la sensación de inquietud, de peligro inminente, de tensa calma. La puesta en escena utiliza una fotografía muy oscura, y fuertes contraste entre luz y sombra, lo que la emparenta con el cine expresionista. Son importantes las localizaciones de la acción, particularmente las arquitecturas. Casi todas tienen algo de desportillado, decrépito, austero. La conjunción de estos elementos es un todo tétrico que va envolviéndonos en un escenario amenazador.

ZONA SPOILER

-El plan no sé si es  “diabólico”, pero desde luego es realmente astuto. Christina y Nicole aprovechan una festividad en que el colegio se queda vacío para marcharse al pueblo donde la segunda tiene una casa. Conociéndolo como lo conocen al señor Delasalle sabrán que irá en busca de Christina, su mujer, para llevarla de nuevo a casa y que se olvide de las veleidades del divorcio.

-Una vez en el pueblo, la escena del asesinato es prodigiosa. El uso del vino narcotizado nos permite ver cómo la consciencia del malévolo Delasalle se va difuminando poco a `poco ante los ojos de Christina. El posterior ahogamiento en la bañera es de una explicitud aterradora; se trata de una escena con un carácter más grotesco de lo habitual en la época.

-La guinda viene con la idea de transportar el cadáver secretamente de nuevo a París y lanzarlo a la hedionda piscina del colegio para que parezca un ahogamiento ocurrido in situ en la propia piscina. Sin embargo es cadáver no emerge, ni es descubierto…

-¡Sorpresa! No hay cadáver en la piscina. ¿No estaba realmente muerto? ¿Alguien las vio lanzar el cadáver y lo ha recuperado? El nerviosismo de las dos mujeres va en dramático aumento y afecta con más énfasis a Christina, que está enferma del corazón. Lógicamente Nicole y Christina denuncian la desaparición sin saber muy bien qué está pasando. Para más inri un viejo inspector retirado se ofrece a investigar por su cuenta.

-Además un niño dice haber visto al director...  ¿Estará vivo y buscará venganza? Lo que nos lleva a...

Escena Favorita

-Christina está en su cama tremendamente enferma, y en mitad de la noche ve la luz del despacho de Delasalle encendida. Presa de la paranoia decide ir a inspeccionar, para lo cual tendrá que atravesar un buen trecho de aterradores y oscuros pasillos. Tras toda una serie de ruidos y de equívocos espaciales para confundir a Christina (y al espectador), ésta huye presa del pavor hacia el cuarto de baño. En la bañera verá al cadáver de Delasalle ahogado. En un terrorífico plano, el cadáver se levanta de la bañera con ojos fantasmagóricos y malévolos. Tal es la impresión de Christina que muere instantáneamente debido a su débil corazón.

Pero ¿qué vemos? El señor Delasalle se quita los ojos en blancos (un simple truco) y sonríe. De repente aparece Nicole y se echa en sus brazos. ¿Qué ha pasado? Todo ha sido un ardid de Delasalle y su amante Nicole para desembarazarse de Christina, vender el colegio, forrarse y vivir como una pareja feliz. La muerte en el pueblo de Nicole fue fingida y desde entonces todo lo ocurrido han sido trucos para infartar a Christina. Sin embargo… no todo les sale bien. El inspector retirado, que es más listo de lo que parece (es como un Colombo avant la lettre) ha ido reuniendo sospechas y detiene a la pareja justo después de tan inverosímil homicidio.

-Todo parece haber acabado, pero en una última escena un niño dice haber visto a la difunta directora, que además le devuelve  un tirachinas. ¿Fantasmas?

-Un último detalle: “Les Diaboliques”, en francés, se puede utilizar para el masculino y para el femenino, lo que le da una mayor ambigüedad al título. En el título en Español tendemos a creer que se refiere a ellas, claro. Sin embargo en francés no queda muy explícito, y al final está claro que se refiere a Delasalle y Nicole. Cosas de los giros de guion, que como verán no son una cosa que se hayan inventado ayer precisamente.






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