viernes, 18 de diciembre de 2020

Uno de los Nuestros (1990)

 

Título Original: Goodfellas

Género: Drama, thriller

Director: Martin Scorsese

Intérpretes: Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco

Nacionalidad: Estadounidense





Impresiones

A Martin Scorsese, según el acervo cultural medio, le salen media docena al menos de películas de sobra conocidas como obras maestras por todo el mundo. Siendo puntilloso y yendo al detalle la nómina se incrementa fácilmente. Si hacemos un juego de asociación de ideas y trasladásemos una encuesta a cualquier persona cercana, seguramente “Uno de Los Nuestros” estaría en el top 3.


Y tiene sus motivos. Es la quintaesencia de muchos recursos narrativos del director neoyorquino y reúne buena parte de sus características más notorias. Imaginemos, por ejemplo, el célebre recurso de congelar la imagen mientras por encima suena una canción y la voz en off. Esta forma de narrar y montar tiene una notable fortaleza narrativa y es un recurso agradecido por el público. Lo que hablando en plata significa que en “Uno de los Nuestros” se abrazan el cine de autor y el cine comercial.



Este recurso se llevaría al paroxismo en la también excelente “Casino” (1995), donde el barroquismo alcance notas impensables, que solo un genio como Scorsese puede domar. De un modo distinto, aunque esencialmente parecido, “Infiltrados (2006) también usa esa narrativa tan asociada a Scorsese.

Y es que el mundo de la calle es sustancia de no pocas de sus películas. Citándole textualmente:” “John Ford hacía películas del Oeste. Nosotros hacemos películas de la calle”. Es un tema interesante porque el propio Scorsese es una fuente de primera mano. Nacido en Little Italy, era buen conocedor de los entresijos urbanos más turbios, del trapicheo, de la locura urbanita. De ahí nacen títulos como “Malas Calles” (1973), “Taxi Driver” (1976), o “Jo, Qué Noche “.



Por supuesto, también la historia de “Uno de los Nuestros” tiene un componente callejero. La historia se inicia en un ambiente que debió de ser muy parecido al que conoció Scorsese de niño. Hay algo de verosimilitud de autenticidad en su grabación y en su desarrollo. Para la escritura colaboró con Nicholas PIleggi, guionista y periodista que había escrito e investigado sobre la mafia. Ello hace que, concesiones a la ficción aparte, el guion este bien fundado. Se trata de una historia de mandos medios, de soldados a pie de calle, de iniciados. No se trata de una historia de la jefatura casi aristocrática como en la saga de El Padrino (Dios salve a esa trilogía), se trata de lo que llaman en la película “los chicos listos”, los que seducidos por el hampa de su barrio se meten en una banda, pasan de ir a clase y se embolsan un dinero extra. Todavía no saben que el crimen no compensa.

Los años 80 no fueron años fáciles para Martin Scorsese, pero no porque no tuviera excelencia cinematográfica. Incluso sus películas “menores” como ¡Jo, Qué Noche! (1985) son realmente buenas y reivindicables (como ya hicimos en este blog). Sin embargo sus adicciones, sobre todo a inicios de la década, algún fiasco comercial y el escándalo de “La Última Tentación de Cristo” (1988), aunque en taquilla más o menos funcionó, fueron unos cuantos contratiempos ya felizmente olvidados. En cambio de década le sentó fenomenal a Scorsese que no solamente consiguió una de sus películas más carismáticas, sino un hito en la mitología de los cines de gánsters. Que estén involucrados Joe Pesci y Robert De Niro no hay más subrayar el pedigrí de una película prodigiosa, que encontró una forma de narrar personal, virtuosa, pero con mucho encanto.



Aquel año hubo de vérselas en los Óscar con “Bailando Con Lobos”, que aún siendo una película estimable me parece inferior a la película de Scorsese. Y curiosamente también estuvo en la carrera otra película de mafia: “El Padrino III”, una injustamente vapuleada película que quizá haya ido ganando reconocimiento con el tiempo. En cualquier caso “Uno de los Nuestros” debió llevarse el Óscar a la Mejor Película aquel año. Aunque obtuvo un premio para Joe Pesci como mejor secundario, que ya es algo. En el Festival de Venecia, Scorsese consiguió el premio al mejor director.

Análisis

Dirección: A pesar de venir de una carrera ya firme, de haber conseguidos hitos cinematográficos, de tener sobrada experiencia, Martin Scorsese encontró, al menos en parte, una nueva voz con Uno de los Nuestros. La forma de narrar, el montaje, la introducción de la música… Se trata de una redefinición del cine de gansters, al menos en lo formal. Otra de las señales de identidad que podemos percibir es la duración casi épica, a ritmo de imágenes barrocas, pero sin ninguna sensación de hastío o aburrimiento. Scorsese deja saciado hasta la última gota al espectador, pero encuentra el punto exacto donde no traspasar el exceso. No es poco mérito aunar recursos casi del cine de autor, con un potencial que no rehúye lo comercial.

Intérpretes: Si bien el hilo conductor es el personaje de Ray Liotta, de los personajes principales es el que menos me interesa, al menos desde el punto de vista actoral. Su personaje de Henry Hill es interesante, sobre todo para ver la evolución de un niño de barrio convertirse en un “chico listo” de la mafia. No obstante, la elegancia maliciosa de Robert de Niro, y la neurosis letal de Joe Pesci me parecen más poderosas. Jimmy Conway, inspirado en el gánster real James Burke, es el arquetipo de delincuente que seduce de primeros desparramando dinero a espuertas para invitar a sus socios, que probablemente será amigo tuyo, pero que llegado el momento te traicionará si hace falta. No le hace falta amenazar abiertamente para parecer temible, como en cierta escena con Lorraine Bracco. Personaje atractivo y casi a la altura del joven Vito Corleone, Jake Lamotta o Travis Bickle.

Joe Pesci está francamente magnífico en la piel de Tommy DeVitto, hombre tarado, violento, bordeando la sociopatía. Si interpretación es muy intensa y realmente da sensación de peligro. Esta es una de sus mejores actuaciones sin duda. Merecidamente premiada con un Óscar. Correlacionen este papel con el de “Casino” (1995) y “Toro Salvaje” (1980) y noten la energía que desprende. Eso sí, en aquellos años compaginó estos papeles con el de ladrón en las películas de Sólo en Casa. Y otras comedias como “El Súper” (1991). Pongo aparte “Mi primo Vinny” (1992), a la que considero una película con interés. En “Uno de los Nuestros” da miedo a ratos debido a su desmesura y su turbiedad.

Hay más actuaciones de mérito. Lorraine Bracco hace una más que digna actuación como mujer de Henry. Tiene los redaños para plantar cara a su marida, pero en última instancia también será una cómplice importante. También digna de mención es la actuación de Paul Sorvino como Paulie Cicero, un personaje casi paternal para Henry. Cabe decir que las actuaciones tienen un buen grado de improvisación. En los ensayos Scorsese dejaba vía libre a los actores para dar rienda suelta a lo querían hacer. Después apuntaba las mejores ideas y las trasladaba al guion final.

Guion: Otras películas de mafia nos hablan desde la perspectiva de la cúspide, de los capos y de los padrinos. “Uno de los Nuestros” se acerca a los soldados, a los mandos intermedios, sabe más a calle, a tugurios humeantes y a trapicheo. Se trata de una elección tan buena, o tan mala como otra cualquiera. Para lanzar una mirada sobre la lealtad y el poder se pueden elegir todos los ámbitos. La historia nos habla, ya desde el título, del sentido de pertenencia, de complicidad entre hampones. No obstante, el crimen no compensa y a la larga, las alianzas más inamovibles también embarrancan con el tiempo. La narración, ya decíamos, es casi una quinta esencia de Scorsese, que tendrá resonancia en “Casino” e “Infiltrados” . Recuerden los fotogramas congelados, como se introduce la música en la historia, el método del narrador omniscientes en muchos tramos. Todo ello proviene de cierta influencia de la nouvelle vague y en especial de Jules y Jim de Truffaut. La mencionada improvisación de los actores tuvo también mucho que ver con el resultado final. Pileggi colaboró con Scorsese en la escritura del guion, y ambos comparten crédito. Ambos repetirían en “Casino”, película un tanto hermana de “Uno de los Nuestros”.

Factura Técnica: Para la memoria algunos planos secuencia, de una destreza y un encanto notables, como el de la entrada a cierto local (que Tarantino homenajeó en Pulp Fiction). El trabajo de Michaell Balhaus en la fotografía en excelente. El uso de los colores tiene momentos destacados. Como ejemplo los tonos rojizos de cierta ejecución nocturna. La cámara de mueve y se para en una novedosa forma de narrar. El acabado final lo da el uso de la banda sonora, con canciones de los Rolling Stones, Cream, Dean Martin o Tony Bennett. La conjunción con la imagen es perfecta, teniendo un sentido narrativo pleno tanto artística como funcionalmente. Aquí habría que nombrar también el gran montaje de una persona esencial para Martin Scorsese, Thelma Schoonmaker.

 

ZONA SPOILER

-La película ha sido tildada varias veces de tener una moral ambigua, como presentando el mundo de la mafia como una bicoca o un ejemplo de buena vida, Y si te pillan comes bastante bien.

-Muy pronto se ve la descripción del “wise guy”  (el chico listo) a través de Henry. Pasando de ir al cole, ganando dinero, y yendo a sitios interesantes (es un decir).

-Tampoco creo que la película tenga defectos de moral. Bata ir viendo el desarrollo para comprender que el crimen no compensa y que incluso tus socios pueden ser tus peores enemigos llegado el momento.

-Como ya decíamos el margen para improvisación que dejó Scorsese fue alto. La famosa escena en la que Tommy parece enojado con Henry por decir que le parece gracioso es prácticamente improvisada. Tuvo su origen en los ensayos y luego se integró al guion original.

-Los aficionado a Los Soprano reconocerán a Michael Imperoli en el papel de “Araña”. En la serie de HBO era Chris Moltisanti.

-Del mismo modo Lorraine Bracco sería posteriormente la doctora Melfi, también en Los Soprano.

-Algunos hechos narrados, como el robo de la Lufthansa fueron reales. Y, como ocurre en el caso de Jimmy Conway, varios de los hampones también están basados en personajes reales.

-Es un acierto que cada época esté rodada de una forma distinta. La parte de los 80 tiene momentos casi cómicos de paranoia cocainómana. Henry y Karen están paranoicos  y hasta las trancas en una jornada al borde de un ataque de nervios.

-Las amenazas más veladas a veces son las arteras y las más peligrosas. Recuerden la escena en la que Jimmy invita a Karen a coger unos vestidos.

Escena favorita

-El plano secuencia con la entrada de Henry y Karen es un prodigio técnico, y una de las imágenes que quedan de la película. Supone, además, la inmersión en un submundo que poco a poco te va abriendo las puertas a sus secretos, poblado de personajes peculiares, y a un estilo de vida peligroso pero atractivo. La cámara se mueve como una pluma, de forma subjetiva y etérea.


 

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