miércoles, 30 de septiembre de 2020

Atrapado en el Tiempo (1993)

 Título Original: Groundhog Day

Género: Comedia

Director: Harold Ramis

Intérpretes: Bill Murray, Andie MacDowell, Chris Elliot, Stephen Tobolowsky.

Nacionalidad: Estadounidense





Impresiones

A veces el reconocimiento es lento y no llega puntual a su hora. Atrapado en el tiempo tuvo éxito y pronto fue una película que se hizo muy familiar entre el público. No obstante, su relevancia artística cayó un poco en desuso y no se volvió sobre el tema hasta ya pasado un tiempo. ¿Hay que reivindicar Atrapado en el tiempo? Claro que sí, pero cada vez menos. La película ha ido adquiriendo un estatus de película de culto que la mantiene fresca y vigente.




Es una de las mejores comedias de los años 90. Sucede que el director es Harold Ramis, se vendió como una comedia pura (y tiene muchos matices) y Bill Murray era de sobra conocido, pero quizá no tan reconocido como lo es hoy. Como si Sofia Coppola o Wes Anderson tuvieran que haber confirmado su mérito como actor.

Se pierde en mi memoria la primera vez que vi Atrapado en el Tiempo, sería probablemente allá por los años 90 y por televisión. Es de esas películas que una vez empiezas a verlas, ya no te suelta, te obliga a quedarte y llegar hasta el final. Su visionado es compulsivo. Y así, poco a poco, con el paso de los años se va construyendo la leyenda de una película. Posiblemente mi visión sobre ella halla cambiado también con el tiempo. Reconozco que en mi adolescencia hacía más caso de los momentos cómicos y solía pasar por alto, o desconectar, los dramáticos.



Con el tiempo, ya digo, esa visión ya ha cambiado. Y es que el día de la marmota no es una sucesión de gags histriónicos para hacer la gracieta. Incluso si examinamos su idea y su estructura, vemos que la idea es menos ligera de lo que parece y el válida para movernos a reflexión. Y a veces incluso a la angustia.

El argumento, ya saben, nos habla de Phil Connor (Bill Murray), un hombre del tiempo de una cadena de Pittsburg que es enviado a cubrir El Día de la Marmota. Con él irán Rita (Andie Macdowell), que es la productora del programa, y Larry (Chris Elliot), el cámara. La celebración en cuestión transcurre en el pueblo de Punxsutawney (Pensylvannia), y consiste en ver cómo una marmota (que por cierto también se llama Phil) predice cuánto más tardará el invierno.

El ánimo de Phil es nulo, que odia el pueblo y el ritual metereológico. Desde el pirncipio intuimos que es un auténtico capullo, divo, arrogante y borde. Rita y Larry no tardan en sufrir su insoportable carácter. Tras cubrir el expediente y filmar la celebración, el equipo vuelve a su casa. Sin embargo, una ventisca de enormes proporciones (que Phil había pronosticado que no les afectaría) les obliga a volver a  Punxsutawney. Tendrán que hacer noche allí, con la particularidad de que al día siguiente, al levantarse Phil, resulta que... vuelve a ser El Día de la Marmota. Y así irá pasando continuamente, y sin la esperanza de librarse de ese bucle temporal a corto plazo. Cada mañana que se despierta es exactamente el mismo día.



Phil irá pasando por varios estados de ánimo de una forma un tanto maniaco-depresiva. Lo mismo al inicio trata de aprovecharse de la coyuntura, que casi instantáneamente se viene abajo y toma decisiones drásticas y letales. Pronto descubrirá que ni la muerte puede frenar este proceso.

A lo tonto esta premisa ha influido en argumentos desde entonces, con dispares resultados. A modo de ejemplo tenemos “Al Filo del Mañana” (2014), “Feliz Día de tu Muerte” (2017), “Código Fuente” (2011). En televisión ha habido también homenajes a la película de Harold Ramis: lo podemos ver en episodios de “El Ministerio del Tiempo” o “Muñeca Rusa” (2019).

Atrapado en el tiempo es una película que no solo apela a nuestra hilaridad, también lo hace a nuestro corazón. De hecho, tiene algún toque de cine de Capra o de historia de navidad (aunque sea en Febrero) que da un aire apaciblemente entrañable.  A fin de cuenta es la historia de que como una especie de Scrooge moderno se va convirtiendo realmente en hombre. Como fábula, como película y como diversión, Atrapado en el Tiempo sigue una fórmula inteligente y emotiva.




 

Análisis

Dirección: Harold Ramis decide llevar a cabo una historia ingeniosa de una forma clásica, en el mejor sentido. Más que hacer hincapié en una puesta en escena, que es resultona y verdaderamente transmite una sensación invernal, se centra en el aspecto narrativo. Hay que ser hábil para que una historia que gira ante la repetición interminable de un mismo día, no se haga pesada. Y en buena medida, además del guion, es por lo que decide contar Harold Ramis, por un excelente montaje que gana en agilidad cuando lo necesita y se recrea en los momentos precisos. Podría haber sido una historia o muy paródica o muy sentimentaloide. Harold Ramis se aleja de semejante peligro con muy buenas dotes de narrador.

Intérpretes: El maestro de ceremonias indiscutible es Bill Murray. Es su simbiosis con el excepcional guion lo que hace de Atrapado en el Tiempo algo memorable. No solo hablamos de excentricidades, Murray demuestra (en realidad lo ha hecho más de lo que parece) el control riguroso de varios registros. Uno de los momentos más interesantes de la película es la demostración de la vulnerabilidad ante la insólita peripecia que está viviendo. Es cierto que su vis cómica está ahí, y no es cuestión de ser condescendiente con ella. Sus comentarios y réplicas en el momento de ser borde son ácidas y divertidas. Su transformación, por otra parte, dentro de lo que cabe es coherente, y fluye sin arrebato y de forma progresiva hasta llegar a buen puerto

Cometeríamos gran injusticia si no nos refiriéramos a Andie MacDowell. Es el contrapunto de la vertiente “Scrooge” de Bill Murray. De una forma serena representa a la perfección las virtudes de amabilidad, la modestia, la sencillez y el encanto. No todo son sonrisas evidentemente, su carácter más taxativo aparece en momentos astutamente puntuales. Partiendo de un perfilo modesto, algo bajo, consigue enamorar a Bill Murray (más allá del simple encoñamiento) y, de paso, a nosotros. Otros secundarios, como Chris Elliot (que venía de hacer la surrealista sitcom “Búscate la Vida”), dan un buen nivel.

Guion: Partiendo de una idea del guionista Daniel Rubin y con alguna reescritura de Harold Ramis, el resultado es una maravilla que deleita con humor y filosofa con aparente sencillez. Ese es el secreto de que la mayor parte de las alabanzas que recibe Atrapado en el Tiempo. Es inevitable pensar en la rutina, en encontrar al auténtico yo, en encontrar segundas oportunidades y hacer divagaciones varias sobre el destino. La mezcla de géneros, o al menos de estados de ánimo, está ejecutada grácilmente, como una amalgama bien conjuntada. Todo cuadra, sin mayores problemas. Y es que no es fácil la transición de pasar a un suicidio a un chiste. Y encima hacerlo con buen gusto.

Factura Técnica: Probablemente la idea de Harold Ramis era dotar a Atrapado en el Tiempo de un efecto invernal que no difiere demasiado del que vemos en realidad. El de principios de Febrero. Al final, la blancura de la nieve y la sensación de frío acaban siendo una sensación inseparable de la película. Por lo demás, la puesta en escena es sencilla y clásica. Con un tono de claridad dickensiano donde el protagonista ha de ser el guion, junto con los actores.

ZONA SPOILER

-Que Phil está pillado por Rita se nota desde el inicio, en el plató del informativo. Véase la mirada que le echa. Sin embargo, quién sabe si solamente es una mirada lasciva, de concupiscencia. La conexión a otro nivel llegará después.

-Para Phil todo es rutinario, y por lo tanto todo es prescindible. Vive su vida con cierto sentido del hedonismo, siempre que el placer no esté muy lejos. Puede que su divismo y mal humor tenga aquí su origen. No cabe duda, no obstante, de que inicialmente es un tío repelente a más no poder.

-Es importante estar atento al desarrollo del primer día para captar las distintas fases por las que Phil pasa. Los días subsiguientes, al ser fotocopias, serán variaciones del original. Al final Phil conocerá de memoria todo el devenir del 2 de Febrero, y sobre ahí tendrá que actuar.

-Que Rita es una persona cariñosa y atenta, se ve en el gesto que hace cuando se encuentra todas las mañanas (repetidas) con Phil. Le abrocha un botón de la camisa, de una forma casi maternal. Acaso intuya que, en esos momentos, Phil es un tipo pueril y caprichoso. Un niño grande.

-Se trata de una película de redención por amor. Al final la vía de escape que encuentra Phil tiene más que ver con su evolución sentimental con Rita que con otra cosa.

-La parte en la que Phil se suicida repetidamente y siempre vuelve al principio del día es negrísima. Si lo piensan bien es un castigo infernal. No hay escapatoria posible para parar el proceso.

-Otra parte realmente punitiva es que, aunque conecte con Rita, o llegue a causarle simpatía, al día siguiente ella lo habrá olvidado todo. Quizá esa sea la auténtica motivación de Phil, conseguir algo duradero en su vida. Nada de pasiones fugaces.

-A saber la de días repetidos que habrá vivido Phil a lo largo de toda la película. Aprende a tocar el piano, conoce cada uno de los secretos del pueblo y todos los accidentes y calamidades que acontecen. Da un poco de vértigo pensarlo.

-El propio Harold Ramis hace un cameo Se trata del médico que atiende a Phil cuando piensa que se le puede haber ido la cabeza, al inicio de la repetición del Día de la Marmota una y otra vez.

-Jamás las seis de la mañana habían sido tan angustiosas. Y la canción de Cher y Sonny Bono, ni digamos.

Escena favorita

-El momento de la confesión de su infierno personal a Rita es uno de los momentos más emotivos de la película. También uno de los mejores. Lo hace además de una forma levemente divertida. Contando a su compañera la vida y obra de todos y cada uno de los clientes de la cafetería. A partir de ahí, y todavía con fuertes dosis de incredulidad, se establece una corriente de empatía realmente hermosa. El día se rematará agradablemente en la habitación de Phil (sin que llegue a pasar nada), mientras éste se entristece pensando en que ella lo habrá olvidado todo poco después.


 

 

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